Creo en un ser superior y en una especie de juicio y también creo en la posibilidad de la redención a través del perdón . Si Dios o Ala o quien sea es todopoderoso ( como ha de ser sí existe ) no me encaja la idea de que si llegásemos a la otra vida, pueda compartir una nube siquiera con los beneficiados el incendio de ayer.
En lo que no creo es en la justicia de los hombres, será porque la conozco y porque es la que los malos siempre invocan y porque siempre dispara para donde va el viento.
Tengo el recuerdo, por haber vivido toda mi infancia a cien metros de un cuartel de Bomberos Voluntarios, de los mismos corriendo hacia el cuartel cuando atronaba la sirena. Es decir mecánicos, choferes, comerciantes - nunca un abogado - empleados, que tienen su trabajo y que cuando atruena la sirena largan todo para reemplazar a la guardia que sale para apagar el fuego y a veces a los dos minutos salen ellos mismos en un segundo autobomba a jugarse la vida sin saber por quien. Y mis héroes de la infancia eran estos tipos que, como la casa de mis viejos no tenía rejas y se entraba al fondo, si nos veían en la puerta ( y hasta a veces sin sin vernos ) nos dejaban las bicicletas y nosotros las poníamos en el patio de la casa, atrás, y a las tres horas o de noche hacían palmas y pasaban a buscar las bicis. Para mi eran como el auto de Superman.
En realidad a la casa de los viejos entraba todo el mundo, recuerdo una vez robaron el almacén por mayor de mi abuelo, que daba a los fondos, y los ladrones se olvidaron al perro, que se quiso quedar en nuestro patio.
Varias veces con mi viejo salíamos detrás del autobomba a ver como apagaban el fuego, inolvidable carrera del Falcón atrás del autobomba.
Y varias veces la sirena se lamentaba ( porque es un lamento que atravesaba el barrio entero ) cuando cerca siempre de fin de año ( época de cierre de balances ) un incendio del orto cada tanto se llevaba a un muchacho de estos. La famosa FIALP de Rodríguez y Deheza y otros muchos ejemplos de desidia en el mejor de los casos, donde un alma noble deja familia y se va seguramente al cielo, si existe como creo que existe, igual que ayer, que se fueron varios.
Yo conozco a los voluntarios, que largan todo cuando suena la sirena y que quizá un día ni vuelven, soy abogado de esa sociedad de bomberos voluntarios, un orgullo realmente.
Espero que la gente que se ha beneficiado con esos incendios ( porque beneficiados hubo, apuesto mi vida contra un fósforo ) si es que Ala o Dios los perdona, estén en una nube al menos un poco más baja, ha de ser bastante grande el cielo para que las almas nobles se crucen con las que entran por la ventana a último minuto cuando por mas turro que hayas sido te arrepentís de lo que hiciste.
Yo por lo pronto cada vez que suena la sirena a una cuadra del estudio, miro, y ya no son bicis, sino autos, pero los que van al llamado de la sirena y pasan el semáforo en rojo para relevar la guardia que sale en el autobomba chorreando agua tienen la misma mirada clara de los bien nacidos que tenían aquellos héroes míos de la infancia.
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