LA PROCESIÓN - RELATO

La procesión va por dentro
Ayer me levanté nervioso, el club que es mi casa, mi club Lanús jugaba la final de la Copa Sudamericana
Lengua larga para las discusiones, en estas cosas arrugo y me hago un ovillo.
Capaz la forma de ser aprendida en casa de no contar el ganado hasta que este encerrado me hace sentir que todo, como en la vida, se puede desvanecer en un segundo. El hecho de saber que la vida a veces no te pega, sino que te recontracaga  a palazos y el corte de gran cantidad de lazos familiares me hacen andar con cuidado en estos temas de gastar a cuenta.
Se mezclaba la nostalgia de mis viejos, de mi infancia. Todo eso ayer me vino a la cabeza, y al mediodía estaba realmente muy nervioso al punto que me tuvieron que dar un ansíolitico.
Igual nada se detiene y cuatro horas antes del partido estaba ya mi hija dando vueltas nerviosa como yo. Uno de mis mayores logros fue haberle contagiado esta pasión a mis dos hijos. Llegamos a la cancha casi tres horas antes. Y ya estaba el otro ser al que más quiero en el mundo con su novia esperándonos en la platea.
Charlamos, cantamos, rece, mire el arco donde están los restos de mi viejo querido, me acorde de mis abuelos, de mi vieja. Y tenia esa sensación de cuando te subís a un avión, que ya no depende de vos (como si alguna vez hubiera dependido) miras a un lado y tu hija te mira y te abraza con la de Lanus puesta que le queda hermosa, al otro lado tu hijo que sabe bien que estas pensando y que abraza a su novia.
Saludaste ya a un montón de gente que sabe bien quien sos y vos sabes quienes son ellos.
Y empezas a gritar con todo lo que tenes, y te entregas a que todo sea plata o mierda, como en la vida.
Y viene un gol y no lo podes creer aunque todos estén confiados, vos sabes que te pueden correr la zanahoria justo cuando la queres morder, como en la vida.
Y después viene otro gol y vos decís con tu mente retorcida bueno a los penales ya llegamos.
Y te llegan mensajes al teléfono y vos ni mirarlos queres, toda gente que conociste en estos años después de la tormenta.
Y tu hija que cada dos minutos te pregunta pa cuanto falta, y la verdad cada vez falta menos
Y ni vos mismo lo vas creyendo y tenes los dedos mochos de tanto cruzarlos
Y de repente dejas de cantar aunque los demás canten.
Y otra vez las fotos de los que ya no están
Y las fotos tuyas en la cancha de madera y en la c y en la b, y esa radio portátil puta que nunca decía como iba Lanus cuando no podías ir, y las discusiones y de que cuadro dos y de Lanús la puta que te parió de quien voy a ser y en eso andas,  y de repente algo te explota adentro y te pones a llorar como un bebe y es tu hija la que te tiene que contener y le pide ayuda al hermano pero el otro está llorando igual que vos, entonces te abraza fuerte y vos a ella.
Y cuando más lloras, de repente no lloras más, como en la vida, y empezas a sentir una alegría y un amor por todo lo que te rodea, también como en la vida.
Y termina el partido y vos también y quizá más que los jugadores, seguramente, saliste campeón, vos y tus hijos y hermanos y tus amigos y tus queridos muertos. Todos salieron campeones una vez más.
Y salís de la cancha como cuando en la vida salís del termo en el que estabas y vas por lugares de gente sonriente y alegre y sufrida pero contento también como en la vida y paras recién a las cinco de la mañana después de una caravana importante con tus hijos y tu hermano y te despertas y cuando tu hermana te dice viste lo que twiteo caro,  que el club es su familia, vos sabes que ella quiso decir y es que el club no es sólo el club sino que es un montón de caras y abrazos y lugares y risas y recuerdos y llantos y momentos de todo tipo y sabes, como en la vida , cuando podes sentir como yo sentí hoy, esto está bien, esto es bueno y de esto me voy a acordar hasta queme muera y ellos ( mis hijos) también . Sentís que tu mundo está como tiene que estar, como en la vida, y que como en la vida, lo tenes que vivir intensamente porque esa vida son momentos, y este es uno de ellos.
Y también lo fue a las cuatro y media de la madrugada cuando no encontrábas a tu hijo y a la novia y a Juli un amigo de ellos, bien en el fondo del polideportivo gritas sus nombres y aparecen riéndose con sus 19 años los tres, donde estaban, estábamos tirados viendo las estrellas en las canchas de fútbol sintético no sabes lo bien que se ven .
Bien los vi a ellos y bien vi estas tierras hermosas y queridas en las que pateo desde que tenía 4 años.
La procesión aunque sea entre 40.000 cantando juntos, siempre es individual, siempre va por dentro,  y lo digo de nuevo (con el corazón como pocas veces tan en la mano) como en la  vida !!