Tachame la doble.
Los dados no cayeron como queriamos o pediamos y la disyuntiva es resignar algo. Ponerle un cuatro al cuatro? No se, capaz en la que viene sacamos tres cuatros y es entonces una anotacion de doce al cuatro, o un nueve al tres, en vez de un insignificante cuatro al cuatro. Pero para asegurarme esos ocho puntos miserables tenemos que sacrificar algo.
Tachame la doble.
Si la generala son 60 la doble son 120. El que engancha una doble se salva, no hay forma que pierda, pero lo tachamos por un doce al cuatro, o por un quince al cinco.
Y que nos pasa con la vida ? Lo mismo.
Vivimos cuidando el empate. Y resignamos los momentos de gloria.
La gitana, la esposa de Pablo el libertario gitano que acoge al ingeniero que va a volar el puente en "por quien doblan las campanas" de Hemingway, viendolo enamorado al yanqui de la hija de Pablo, le dice cuando este en una charla le comenta que probablemente pueda llegar a morir en esos dias a manos de los realistas, que si un hombre puede tener tres momentos de gloria en toda su vida, la misma ya esta completa y lo pueden matar o puede morir tranquilo porque todo lo que podia hacer en la tierra, ya estaba hecho.
Y esos momentos llegan, en forma de beso o de abrazo o de paz o de silencios o adrenalina o grito o llanto o risa o lagrima, de cualquier forma.
Lo ultimo que deberiamos hacer, tendria que ser ser renunciar a su posibilidad.
Tachame la doble, y ahi empezamos a perder como en la guerra.Una cancion dice "Uno empieza tachando la doble, y termina en el fondo del mar".
Esto no, y si esto no, entonces lo otro tampoco, y aquello entonces, menos aun.
No le digo que tengo ganas de matarla porque me da verguenza, y ya perdi, y se va con un boludo al cubo y yo me quedo mirando como un pavote.
Tachame la doble, no voy, estoy cansado (soy un ejemplo viviente de esta renuncia pelotuda y cotidiana) no conozco a los que van. Que problema hay si no los conoces, si no vas te vas a quedar como una momia frente a la tele viendo a una atorranta que se hace la bailarina y a escuchar a un mariposon contrariado que ahora es juez de un jurado de baile.
Transas un empate cobarde en lugar de mirarla a los ojos y perderte, macho, ahi adentro, y salvarte. Aunque sea una noche, aunque sea un rato, aunque luego no te de mas bola, aunque vos no le des mas bola despues.
Tacha la escalera, tacha el poker, no renuncies a lo mejor.
Mis hijos aprendieron a separar en la comida lo mas lindo para el final, los champigñones de la salsa que acompaña al pollo, el juguito que queda en la ensalada de tomate, al que despues le trituras unas galletitas de agua y le pones un poquito de sal.
Deja las cosas buenas para vos, no renuncies a las que te salvan de la existencia.
Si algo por un minuto te hace cerrar los ojos de la alegria o la satisfaccion que te genera, esa generala no la taches.
Si tenemos la posibilidad de inundarnos el cuore aunque sea por un destello de sus ojos, aunque sea por un ratito sentir arder la piel cuando nos pone una mano encima, no podemos irnos al mazo.
Aunque despues venga lo que venga. Aunque despues al cuatro le pongas un cuatro, aunque no llegues al poker.
Aunque despues al final, la vida nos pase a valores, si tenes la doble limpita, tenes un sueño. Y si tenes un sueño, si cerras los ojos y ves lo que te gusta o lo sentis, estas vivo.
Y si despues no llegas a completar el casillero, no importa macho, estuviste soñando con eso, estuviste vivo, la llegada es siempre una forma de morir, y entonces el sueño, o lo que es lo mismo, el camino, es lo que vale la pena.
El camino es la recompensa.
A mi, entonces la doble, dejamela sin tachar.