A dos brazos que te rodeen cuando el piso se te hunde,
y te sostengan cuando los vientos de costado te estén volteando,
A dos brazos que se muevan al ritmo de los tuyos cuando vas en el camino
A dos brazos que como alas acompañen tu vuelo.
A dos brazos que te empujen para adelante
A brazos que te abracen
Que te digan veni y llora en este hombro
Que te digan te deseo lo mejor
Que te digan te quiero mucho
Que te digan te quiero
Que te acaricien la espalda
Que te alcancen un pañuelo
O que no te digan nada
Que te abracen apenas
Nada más ni nada menos
Me han dicho que hay que ganárselo
Y he dicho que no
Que no puede ni debe nadie explicarle a un sufriente
que debe ganarse un abrazo
Ni a un bebe, ni a un anciano tampoco,
porque es un derecho y no un premio
Porque el calor humano de un abrazo es,
mas que un derecho, una necesidad vital.
Una necesidad inherente a nuestra condición de personas humanas
Una necesidad de tibieza y de energía y de contención y de alborozo
Me han dicho que hay que ganárselo
Y he dicho que no
Que no puede ni debe nadie explicarle a un sufriente
que debe ganarse un abrazo
Ni a un bebe, ni a un anciano tampoco,
porque es un derecho y no un premio
Porque el calor humano de un abrazo es,
mas que un derecho, una necesidad vital.
Una necesidad inherente a nuestra condición de personas humanas
Una necesidad de tibieza y de energía y de contención y de alborozo
Un derecho de los más básicos y de los más humanos
El derecho a dos brazos amables, y al abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario