UN DÍA - RELATO

Me despierto pensando me gustaría tener un perro, aunque sea en el departamento, pero un perro.
Me levanto me baño y me hago un te que desayuno con algunas galletas
Saco la camioneta y voy al estudio y agarro las carpetas, una audiencia en el centro y visitar un cliente en Isidro Casanova. Arranco para el centro y voy mandando algunos mensajes mientras manejó. La audiencia termina cerca del mediodía, mis testigos mintieron bien y parejito, mañana y pasado seguirá el baile, tengo hambre y me meto en un café de moda y me tomo un balde de café con una masa que a pesar de ser un chipa pero cheto o cool le dicen scon de queso, muy rico. Junto las cosas y vuelta caminando hasta ja camioneta y subo a la autopista AU1  después Ricchieri, después ruta  21 y calle Cristiania hasta la empresa. Una hora y monedas más allí y vuelta a lanus al estudio, adonde llego a las tres y media de la tarde, unos mates que me prepara Alicia y me pongo a escribir un descargo. Atiendo algunas llamadas y esquivo otras, entre ellas mi hija pa no se sí puedo ir hoy, no te preocupes Caro no hay problema, la puta madre que los parió pienso. Son las seis corto en el estudio y salgo para la escribanía de Nancy donde me esperan unos tanos para una firma de una escritura en la que la abuela parece que no se quiere morir sin dejarle media casa a la nieta y media a la hija, también le encargó un trabajo a Nancy mi escribana y hablamos de otras cosas pendientes. Son las siete y media y salgo para el club. Hay una reunión de una fundación que se está armando. Caro me manda mensajitos los contestó y Carli me manda otros y también los contesto. La reunión termina a las nueve y yo con el mismo traje que a las siete de la mañana me corro hasta el gimnasio del club a saludar a Valerio a Cristian y a Alan y a otros más que están esperando que se hagan las diez para jugar al fútbol, mi hijo entre ellos, Carlitos tarda en llegar y me voy sin verlo, más tarde lo llamo por teléfono pienso.
Salgo y llueve y hace frío y en el departamento tendría que hacerme la comida ni en pedo pienso, me meto en el restaurante del club. Diez de la noche, están Juan Carlos el dueño con su familia, Analia, Pamela ( las lindas ) y los feos habituales Gustavo, el flaco de siempre y los muchachos del delivery todos granates hasta los huevos. Me siento y me pido un plato del día y un vinito , Gustavo me sienta enfrente de una de las teles, juegan temperley contra dalmine
Me voy aflojando, gol de temperley una burrada del dos de dalmine, término la comida me pido una ensalada de frutas
Y cada vez más flojo y más blando estoy, Gustavo el mozo me ve cansado se me acerca le digo sabes una cosa si tuviese tres sillitas juntas me tiro a dormir acá mismo. De pronto me entero que hay un cúmpleaños en una mesa cercana, se apagan las luces del salón y todos los que estamos comiendo le cantamos el feliz cumple a una vieja desconocida de unos ciento cuatro años más o menos. Una chica de la edad de mi  hija está con los padres y los abuelos con una cara de aburrida que me llama la atención y ella se da cuenta y se ríe. Le pido la cuenta a Gustavo y me trae un café, afuera sigue lloviendo. Me acuerdo de lo que pensé a la mañana cuando me levanté, un perro, pobre perro no me vería ni el pelo. Hay penal para dalmine, lo ataja el arquero. Que carajo me importan a mi temperley y dalmine pienso, pagó la cuenta. Hace frío. Salgo afuera, todavía se ven las luces del gimnasio del segundo piso en dónde están jugando ente otros mi hijo al fútbol.
Me meto en la camioneta y encaro para el departamento. En la esquina de pizza hot en Melo e Irigoyen un perro medio chiquito parece que me mira, lo miro y me vuelve a mirar, un tarado me toca bocina desde atrás. Arranco y el perro se retrasa un poco, está con su dueño.
 Me voy a dormir escuchando bajito a dolina, que divaga acerca del sexo de los ángeles, o algo así.