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sábado, 30 de noviembre de 2013

JOSEFA

Había vivido siempre en Luján y 9 de julio. En dónde hay una panadería actualmente y desde hace décadas. Puro epicentro lanusense, después un tiempo vivió en Guido y Hacha ( que luego fue Guidi ) donde nació mi viejo, después en Ayacucho ( donde vive ahora mi hermana Mariana y donde vivió mi tío José),  y después se afinco en Rodríguez entre Sarmiento y Anatole France.
Josefa María Margarita Magdalena Giacchino, mi abuela Josefa.
Una mujer que ha de haber sido flaca constitucional, esas flacas que ni gordas dejan de ser flacas.
Madre de tres varones que según ella habían sido la "piel de Judas" como siempre decía cuando no le gustaba como se portaba alguien, y mujer de uno de los gordos mas bonachones que recuerde, como mi abuelo Pepe, tenía un carácter de mierda y cuidaba a rajatabla a los suyos. Había nacido en una familia radical y hablaba de los cabecitas negras como de una de las siete plagas de Egipto.
Hoy cumpliría años
Siempre era el 30 de noviembre mi recuerdo terminaban las clases y a la noche a la mesa grande en la casa de Pepe y Josefa toda la familia y jugar  en el living al gallito ciego los diez primos hasta que como siempre irrumpía el tío Miguel con cara de culo y prendía la luz.
Recuerdos de un tiempo de Vascolet y de criollitas con mendicrim que nos invitaba a comer religiosamente a la tarde, hacia como quince galletitas con mendicrim ( era diabética) y las ponía en fila en la mesada de ja cocina y después les ponía una lástima de mermelada arriba. Y recién después podíamos comer ella y los no más de dos o tres nietos a los que invitaba, las criollitas.
Mujer de mate cocido, te y café, este lo hacía en vasito con el nescafe y lo batia con un batidor flaquito y largo se servía  en los mismos vasos de vidrio de la comida, con una espuma espesa y se veía como el azúcar se disolvía en el cafecito más bien chirlo. Muchos años después en Palermo en un bar vintage lo tomé igual y le contaba a mi hija todo eso.
Buena vecina y suegra jodida las tres nueras en algún momento la han querido matar, incluida mi vieja. Tenía un carácter jodido Josefa, ella misma lo reconocía. Dueña de unos jazmines y unas rosas lindisimas y de una corona de novia que explotaba en primavera.
En el patio de su casa, donde funciona el estudio jurídico en el que trabajó hace algo más de veinte años, jugaba a la pelota con mi primo chamigo y usábamos la ventana de la pieza de Josefa de arco a la hora de la siesta, siempre gritaba pero al rato se levantaba y nos preparaba las galletitas con mendicrim.
Las escondidas que jugábamos en el fondo de esa casa los diez nietos los domingos eran kilométricas y siempre terminaban con alguno llorando.
Mi oficina es lo que fue su habitación. Mi escritorio está orientado como lo estaba su cama, muchísimo la quise aunque era el único nieto del que se permitía aceptar un reto cuando ya era grande, es que era jodida me decía vos si sos bueno bueno y me daba una bronca barbara.
Todas las noches de verano salía con una linterna a matar babosas, y tiraba el aceite de la cocina al lado del jazmín.
Cuando a veces me quedo sólo en el estudio y me voy tarde siento que esta dando vueltas por ahí, y que podría aparecerse flaca y media arqueada con esa vos entre aguardentosa y de pito que tenía.
Hoy cumpliría nose, un montón de años.
Católica recalcitrante, e Hincha de Lanús a muerte, por supuesto. Debe seguir preparando cafecitos y matando babosas por donde ande.

1 comentario:

  1. Bella descripción de tu abuela Josefa. En algun lugar esta enviándote su bendición

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