BIENVENIDOS

BIENVENIDOS.

DISFRUTEN DE ESTA HUMILDE PAGINA LOS QUE PUEDAN HACERLO, LOS QUE NO, GRACIAS POR HABERSE TOMADO LA MOLESTIA DE HABER ENTRADO
TODOS, LOS QUE PUEDAN Y LOS QUE NO, SEAN FELICES, SEAN LOCOS, DESINHIBIDOS, NO SE REPRIMAN, SEAN AMABLES CON LAS DAMAS
VAYAN SIEMPRE DE CARA AL VIENTO
VIVAN CON EL CORAZON EN LA MANO.
DECIA DON JOSE DE SAN MARTIN: "SEAMOS LIBRES, QUE LO DEMAS NO IMPORTA NADA."

viernes, 11 de octubre de 2013

UN ESTACIONAMIENTO EN PUERTO MONTT - RELATO

Puerto Montt queda al sur de Chile, bueno no tan al sur en realidad, aunque si, es decir a la altura de Bariloche o de El Bolson pero del otro lado de la cordillera y contra el mar. Es la parte de Chile en la que la ruta que tambien alla se le dice Panamericana o Carretera Central, acaba. La Carretera Central atraviesa por un valle que no termina, todo Chile, desde la punta norte con Peru (donde algun dia he de dormir bajo las estrellas en un viaje que me debo y que un poco ya hice leyendo un libro que se llama Viaje al Norte Grande, de un escritor chileno radicado en Estados Unidos que cuenta su viaje interior en esa parte de su pais) y hasta el sur, pero no hasta Punta Arenas, sino hasta Puerto Montt, que para el que no conoce mucho pero algun mapa habra visto (yo mismo no conozco mucho aunque me gusta mucho Chile y mis compatriotas me miran siempre torcido) es la ciudad que se encuentra frente a la isla de Chiloe, donde comienza lo que se llama el Chile Septentrional o Insular, zona de fiordos e islas, un archipielago que se va agigantando y abriendo hacia el sur.
Hace una punta de años habiamos hecho un viaje con unos tios y primos por Chile, nos habiamos encontrado en Uspallata y luego de pasar unos dias alli cruzamos y desde Santiago enfilamos para el Sur por la Carretera Central, entrando cada dia en una capital de provincia o de region, como alla le llaman a lo que son nuestras provincias. 
Zonas distintas, comidas distintas, siempre nos acordamos cuando Laura mi hermana condimento una ensalada con picante fuerte chileno en Talca y cuando la probo parecia que se incendiaba.
Concepcion, Valdivia,  Talca, Osorno (donde dormimos en un hotel de mas de cien años, entreramente de madera de pinotea hasta en sus paredes y ventanas, algo hermoso que ya ha de faltar seguramente), el lago Villarica con sus aguas entre tibias y calientes por el volcan que le da nombre, los carabineros cagando a palos a todos por Santiago (era la epoca en que estaba el plebiscito por el Si o el No, que finalmente dejo a Pinochet en el banco de suplentes y que una pelicula de Gael Garcia Bernal retrata de maravillas). La ladera del volcan Osorno, lugares que merecen la pena ser visitados y que dejaron gratos recuerdos. 
La ultima ciudad que tocamos en Chile fue Puerto Montt, que como su nombre lo dice por lo menos hace unos veintipico de años tenia su actividad principal en el puerto. El puerto tenia ademas de las darsenas o banquinas de las lanchas y barcos grandes, la zona de los locales, o barcos de menor calado y las barcas de la gente de la zona.
Una feria y mercado gigante se abria en dos galpones tambien muy grandes, con productos tipicos, artesanos, pescados, comidas, lanas, maderas, pomadas curatodo, y varias cosas mas que no me acuerdo, un mundo de gente, literalmente. Era enero o principios de febrero y temporada de vacaciones por lo cual la feria estallaba y tenia un sector de estacionamiento realmente muy grande, digo grande grande, unos seiscientos metros por cuatrocientos o algo asi. Habia muchisima gente pero el estacionamiento aparte de estar cercado con alambre de puas y artistico, tenia muchos claros por la dimension que tenia.
Nosotros bajamos de los dos Ford Falcon el de mi viejo y el de mi tio, y nos metimos en el mercado o feria que habia en los galpones. Diego mi hermano que tendria unos ocho años o un poco menos estaba en el auto como gato enjaulado,  encerrado en una celda de uno por uno, estaba rabioso porque queria jugar a la pelota. Bajamos todos y habia unos chicos ahi que eran del lugar y que cuando lo vieron con la pelota se le vinieron al humo.
Mi vieja no lo queria dejar ahi pero mi viejo la convencio como siempre hacia, dale Pocha no pasa nada, jugo un rato el atorrante y despues guardamos la pelota en el Falcon rojo Deluxe motor 221 que habia sido originariamente de  mi abuelo Pepe y que podia arrastrar a un barco si quisiera, y Diego otra vez rompiendo las guindas que quiero jugar que quiero jugar. Los pibes que estaban con el se vinieron a decirle a mi viejo que lo deje jugar con ellos que estaban por ahi que no pasaba nada. No sin algun reparo de mi vieja lo dejaron y nosotros nos metimos en la feria, me acuerdo mis hermanas y mis primas se pusieron a asesorarme como siempre hacian sobre la compra de algo para mi novia que despues fue mi esposa, de una Ocarina, y yo andaba entre las ocarinas las cuales no tenia ni idea de que existian hasta ese momento. La Ocarina es hablando mal y pronto una flauta con fomra de buñuelo con los agujeritos reglamentarios y con una facilidad para caerse al  piso y hacerse mierda y no tener forma de pegarla, alarmente.
Veiamos mientras estabamos por alli, a Diego cada tanto corriendo entre los coches, habremos estado una hora dando vueltas hasta que los olores la gente, los ruidos, los perros y el trayecto que todavia faltaba hacer en el dia nos llevo primero hacia la punta de la banquina para ver ese fin del Chile continental y ese mar que se abria hacia la isla de Chiloe y tomarnos unos mates con agua hirviendo (nunca a punto fuera de la argentina), y luego arrancamos para el auto y Dieguito ya otra vez hacia puchero y tenia una pinta de habar potreado la hora y media como nunca.  
Cuando lo llamamos a el y a los chicos los saludamos a todos,  nos repartimos los once que eramos entre los dos Ford Falcon y salimos del estacionamiento. Diego estaba negro. Mi vieja le moja un repasador con agua y le dice negro (que asi le dijo siempre) lavate la cara estas todo sucio, y Diego se lava, y le dice Ma tengo algo para vos. A si mira que bien dice mi vieja, y que tenes para mi, y Diego agarra y se me te la mano en el bolsillo de adelante del panatalon de jogging granate con el escudo reglamentario (cuando no) que tenia y saca la mano llena de monedas y le dice, esto es para vos ma. 
Todos nos quedamos mudos, vos le diste plata a Diego, Carlos pregunta mi vieja, yo no Pocha, le contesta mi viejo, de donde la sacaste esta plata le pregunta mi vieja a mi hermano, y este le dice los señores de los autos cada vez que paraban nosotros nos acercabamos y le poniamos la mano asi - y extiende la mano para adelante con la palma negra de la mugre que todavia tenia, y nos daban monedas todos. 
Mi vieja no lo dejo mas jugar con los pibes en los estacionamientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario