Ya solo quedan jirones de alma,
hace tiempo se fue la sonrisa
junto con los sueños, al vacío,
al abismo de mis pesadillas
donde la muerte que sera la nada
o quizá algo peor para quien la busca, espera
Dolores intensos del alma,
insomnios perennes cada puta noche.
Los ojos abiertos como cuevas,
el ansia de lo que nunca llegara
y el dolor profundo de lo que ya fue.
No vale la pena, mi amor,
ya nada vale la pena
Si no me ves y si no te tengo,
y sí muero sin vos y si se que no te importa.
y sí el amor que se declama no se vive,
y esta sociedad es una máquina grandota
que sólo apuñala corazones,
y que de amor solo vende dibujitos,
a este infierno, prefiero la nada.
Porque así la vida no es vida,
y así esa nada es una opción.
Sólo mis huesos he de legarte, maldita tierra
como fruto de mi paso por este valle.
Quizá encuentre paz, o quizá cambie de infierno,
en todo caso yo ya no juego más
este juego de llantos,
insomnios y soledades.
Yo me voy
Saltando al vacío, si tengo huevos,
o cruzandome a la contramano,
o jalando unos cuantos gramos demás,
con el 38 en la mesita del living,
cargado y sin seguro y bien a mano,
por si las líneas no son las suficientes
De otros serán las risas,
los amores, las caricias.
Les llegara también su hora negra,
su transitar desgraciado, su tiempo oscuro.
Se los cogerá bien cogídos la vida
y cuando los vea en el piso los meara encima
para ver si se convencen de lo que sospechaban.
Y al final los llevara esa barca lúgubre
oscura y atestada,
esa barca que ya ha amarrado frente a mi
para llevarme al último puerto.
En este lago negro,
en esta noche sin luna.
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