BIENVENIDOS

BIENVENIDOS.

DISFRUTEN DE ESTA HUMILDE PAGINA LOS QUE PUEDAN HACERLO, LOS QUE NO, GRACIAS POR HABERSE TOMADO LA MOLESTIA DE HABER ENTRADO
TODOS, LOS QUE PUEDAN Y LOS QUE NO, SEAN FELICES, SEAN LOCOS, DESINHIBIDOS, NO SE REPRIMAN, SEAN AMABLES CON LAS DAMAS
VAYAN SIEMPRE DE CARA AL VIENTO
VIVAN CON EL CORAZON EN LA MANO.
DECIA DON JOSE DE SAN MARTIN: "SEAMOS LIBRES, QUE LO DEMAS NO IMPORTA NADA."

viernes, 10 de junio de 2011

DE LIQUIDACION - CUENTO

DE LIQUIDACION.
 
 
La gorda habia tenido un acercamiento carnal con el oficial de calle de la comisaria que correspondia a Laboratorio Rosales, donde trabajaba, y cuando el patron amenazo con suspenderla por falta de trabajo la gorda se le paro con los tapones de punta y a los dos dias dos presos salieron de noche de la comisaria y fueron a robar a la empresa. El hijo del patron usaba el despacho del padre como bulo con la novia, los engancho y llamo a la empresa de seguridad privada, que los agarro a los cacos con las manos en la masa y tambien en las manos un planito de la empresa escrito y explicado por la gorda. Los chorros hablaron y la gorda fue a parar a la calle, recalando en el estudio de Lujan Sagardoy para encontrar una salida honrosa a su desgracia. La audiencia era a las ocho de la mañana. Habia llegado con veinte minutos de demora, la gorda lo esperaba bufando, junto a sus testigos
-Era hora, Doctor - dijo con los brazos en jarra cuando lo vio aparecer por la puerta del tribunal.
-Que tal señora....
-Valiente, Julia Valiente.
-Señora Valiente, disculpeme pero tuve un problema con el auto, no arrancaba, pero igual estamos a tiempo.
¿-A tiempo? - suspiro la gorda - Menos mal, no sabe el susto que teniamos con las chicas - dijo señalando a otras cuatro gordas que eran "las chicas" compañeras de trabajo, todas las que se habian ofrecido como testigos contra la empresa en el juicio de despido.
-Si, siempre se espera media hora para llamar a la audiencia. Digame: ¿No vio al dueño de la empresa por ahi adentro? - le pregunto a la gorda Valiente señalando la sala de audiencias.
-Si, esta ahi adentro ese hijo de puta con el abogado, el tuerto Mancini, otro hijo de puta - dijo la mas gorda de las gordas acompañantes.
-Esperenme aqui que voy a hablar con ellos.
¡-Doctor! - lo llamo la gorda Valiente - por menos de ocho lucas nada ¿Eh?
El Orate se detuvo en seco y le hizo una seña a la gorda Valiente para que se le acerque.
¿-Ocho lucas?. ¿Uusted sabe lo que son ocho lucas?. No es una suma que este ahi esperando para que vengamos usted y yo y alegremente nos la llevemos. Es mucho.
-Pero si la demanda es por veinte mil - se defendio la clienta - esa demanda la hizo usted, y pedia veinte mil.
-Si, pediamos veinte mil, pero yo le habia dicho a usted que una cosa es lo que pedimos y otra muy distinta lo que nos pueden llegar a dar, acuerdese que usted les buchoneo a los chorros donde estaba la guita. ¿No se acuerda de eso?
-Si, pero en la demanda usted dice que me explotaban.
-Si, pero usted no se puede olvidar la cagada que se habia mandado.
-Bueno – dijo la gorda tocada en su fuero intimo y mirando para el piso - ya se que estuve mal, pero tengo un monton de cosas para pagar, vea a ver todo lo que les podemos sacar. Y le digo una cosa, yo me habre equivocado, pero ese Rosales es un hijo de mil puta.
-Ya lo se, quedese tranquila….
-Julia, Julia Valiente.
-Quedese tranquila Julia.
-Fijese a ver cuanto podemos sacar. Que necesito la plata.
-Yo voy a tantear el campo enemigo a ver como va la cosa y como lo podemos liquidar, y despues le digo, usted quedese ahi con las chicas.- Las chicas sonrieron.
En la sala de audiencias Rosales, el dueño de la empresa, y el Doctor Mancini, su abogado.
-Que haces Sagardoy, tanto tiempo, muchacho. ¿Como andan tus cosas, pibe? - el Tuerto Mancini era conocido de Sagardoy, amigo de un ex socio.
-Aca andamos, Tuerto. ¿Usted como anda? - el Orate siempre lo trataba de usted, no podia tutearlo, lo consideraba una especie de maestro, en cierta forma lo admiraba, y la forma de trabajar la habia copiado en realidad del Tuerto Mancini.
-Escuchame Sagardoy vayamos al tema este que nos trae aquí - rompio Mancini - no se si vos estas de acuerdo conmigo, pero yo aca le decia al amigo Rosales que este juicio tal como esta planteado convendría conciliarlo, no se que opinas.
-Coincido con usted, doctor
-Entonces decime Sagardoy ¿Con cuanto arrregla la gorda conchuda esa de tu clienta?
-Con diez lucas Tuerto. Diez lucas y te la tiro por la cabeza.
¿-Pero vos estas en pedo ya a las nueve de la mañana? ¿Vos sabes lo que son diez lucas?. Pero escuchame, si a la gorda esa y a las amigas todas juntas las secuestramos y pedimos rescate no sacamos ni cinco lucas. Pero si entre todas esas juntas no vieron en su puta vida diez lucas juntas.
-Bueno, yo le pido diez lucas y usted digame que me ofrece. Estamos negociando. Pero le recuerdo Rosales – dijo dirigiendose hacia el dueño de la empresa – que tengo a la gorda loca ahí afuera con las amiguitas que estan ansiosas por hundirlo.
-Una luca.
-Me parece que el que esta en pedo es usted, Rosales.
-Dos lucas, y listo, dijo el Tuerto Mancini - las pagamos en cuatro cuotas - miro al dueño de la empresa, a Rosales, que asentia sin decir palabra.
¿-Y mis honorarios? - pregunto el Orate al Tuerto Mancini pero mirando de reojo al dueño de la clinica.
-El veinte habitual.- respondio el Tuerto.
-Mil pesos - dijo el Orate.
-No, ochocientos, el cuarenta, ni un peso mas.
-Bueno, entonces levantenme la oferta, porque a mi sino me queda una luca y media limpia no lo arreglo - el Orate ahora los encaro a los dos juntos.
-Bueno - dijo Rosales, mil para usted ahora, y para la gorda dos lucas, en cuatro cuotas.
-No podes decir ni pio – dijo el Tuerto.
-Quiero mil quinientos limpios para mi, hoy, sino no lo cierro. Hagan una cosa, denle dos lucas a la gorda y a mi me garpan mil. Hasta ahí estamos de acuerdo. Si me garpan la primera cuota de la gorda hoy, yo a ella le saco los quinientos mangos y listo.
-Hecho – dijo Rosales.
-Bueno - retomo el Tuerto Mancini - ahora, Sagardoy, anda y convencela a la conchuda aquella de que firme el acuerdo y no rompa mas las pelotas asi nos vamos todos a tomar unas copas.
-Voy a ver como hago.
Afuera esperaba la gorda Valiente con las chicas, todas ansiosas.
-Nos estan ofreciendo dos mil pesos – le dijo el Orate.
¿-No le dije que eran unos hijos de mil puta ? - dijo la gorda.
-Pero escucheme, las cosas no son como parecen.
¿-Que me quiere decir? – pregunto la gorda.
-Le digo que las cosas no son como parecen. Por ejemplo los testigos. Yo no dudo de la buena voluntad de las chicas que usted trajo, pero usted tendria que ver a los testigos que trajeron ellos, porque le digo los testigos que han traido sus enemigos son testigos profesionales, no se si me entiende - mintió Sagardoy con tanta seguridad que la gorda Julia Valiente tuvo un estremecimiento ante el panico de ver perdida su indemnización a manos de unos testigos profesionales que no existian salvo en la invención del Orate.
-Pero – dijo reponiendose de pronto la gorda - Que yo sepa dos mil pesos son dos mil pesos y listo, una basura, digo yo. ¿No chicas? - las cinco gordas, todas en fila, asintieron.
-Pero me entere que la empresa tiene todas las cuenta embargadas - le tiro el Orate al oido de la gorda.
-Ah, no lo sabia.
-Tambien tienen embargado el edificio.
-Tampoco lo sabia, que desgracia.
-Y el Pami no les paga hace como dos años.
-Eso si que lo sabia - dijo la gorda
-Ademas, parece que como vienen las cosas, con el problema de salud que arrastra el dueño de la empresa…. Que quiere que le diga, yo lo pensaria – tiro la ultima bomba y espero a ver la reaccion.
¿-Que le pasa al turro ese? – pregunto la gorda. "Te cague, caiste" penso el Orate.
-Julia, usted no sabe lo que paso, es tremendo, una desgracia inimaginable. Este hombre, Rosales, una desgracia.
¿-Que le pasa a Rosales?
-Tiene cancer de higado, es terminal.
-Pero se lo ve mas o menos bien. ¿No chicas? – las "Chicas" se miraron entre si sorprendidas y comenzaron a murmurar.
-Todavia no empezo la parte aguda de la enfermedad – ataco Lujan Sagardoy – Se lo diagnosticaron hace un mes, pero ya le dijeron que no sale, a menos que se opere en Austria, en Leipzig. ¿Usted sabe donde queda Leipzig, señora Julia?
¿-Yo? Ni la mas puta idea Doctor.
-Bueno, tiene que ir alla a ver si con una operación y un posible transplante novedoso sobre un preparado con higado de laboratorio de ultima generación, le pueden salvar la vida.
-Pobre Rosales, pero Doctor digo yo: ¿Qué tiene que ver eso con mi juicio?
-Lo que pasa es que esa operación no hay obra social que la cubra, y Rosales hipoteco la empresa con un prestamista para poder operarse, esta en la ruina. Y esto nos perjudica a los dos, a Usted y a mi, porque acuerdese que en el juicio somos una especie de socios Usted y yo, porque yo cobro en funcion de lo que cobra Usted.
-Si, el treinta por ciento.
-El treinta por ciento, exacto, de lo que usted cobra. El gravísimo problema que enfrentamos ahora, y al cual realmente no le veo ningun tipo de solucion, es doble, porque por un lado tenemos a esos testigos profesionales que, si vamos a tomar la audiencia oral, pueden estropearnos el estofado, y por el otro, el gran problema es que aunque ganemos, no vamos a poder hacernos de un solo peso porque este hombre no tiene un centavo. Y todo eso sin contar que en realidad usted se habia mandado una flor de cagada, entre nosotros le recuerdo que si nos dan algo les tenemos que dar las gracias.
-Pero no puede ser, la casa que tiene, un caseron, el auto de El y de la mujer, el auto de la hija, la lancha, no puede ser.
-Todo prendado todo hipotecado, todo tomado. Ya lo dice el dicho, no todo lo que reluce es oro, no hay nada de nada.
¿-Y que hacemos ahora Doctor, que hacemos? Yo me quiero matar.
-Mire, yo estuve hablando con el abogado y habria una minima posibilidad de que le paguen no lo que reclamamos, sino algo simbolico, los salarios que le debian cuando la echaron.
¿-Cuanto?
-Dos mil pesos, en cuatro cuotas de quinientos.
-Dos mil pesos, es plata, pero el juicio es por mucha mas plata Doctor, son quince años de trabajo con ese hijo de puta.
-Pero escucheme Julita. ¿Usted me escucho lo que le dije, que todo está embargado, que todo lo de Rosales en cuatro meses ya desaparece de la faz de la tierra, que Rosales mismo quiza en cinco meses este muerto ?
¿-Y como nos van a pagar entonces?
-Porque....-el Orate dudo un instante solamente- porque el abogado de Rosales, Mancini, tiene una cobranza para hacer de la Secretaria de Hacienda, que son justo dos mil pesos, en cuatro meses de quinientos, y Rosales si usted esta de acuerdo le va a dar orden a su abogado que impute ese dinero que tiene a cobrar del estado, a este juicio, de modo que Usted, pase lo que pase con el patrimonio de la familia Rosales cobre seguro. Se cae el mundo y Usted cobra Julita, usted cobra.
¿-Y lo suyo doctor?
¿-Y lo mio me pregunta? El treinta por ciento de lo que usted cobra, como habiamos pactado cuando me encargo el caso, es decir serian seiscientos pesos, pero dado el final inesperado y lo escaso que cobramos se lo puedo rebajar al veinticinco por ciento, es decir quinientos pesos es decir la primer cuota. O sea, usted me autoriza a cobrar en concepto de honorarios la primera cuota del acuerdo y las tres ultimas son todas suyas.
-Gracias Doctor. Pero a Usted que le parece, el numero total, digo. De corazon digame Doctor.
-Mire, en otras circunstancias no arreglaria este juicio en menos de ocho lucas como minimo, pero como estan las cosas, toda la infraestructura jurídica que teniamos se partio en mil pedazos. ¿De que nos sirve una sentencia si después no podemos cobrar un centavo? No me perdonaria perjudicarla. Yo sinceramente, teniendo en cuenta esto que le estoy contando y que le ha comido a Rosales todo el patrimonio, arreglaria y me olvidaria del tema. Mas vale pajaro en mano que cien volando, Julia.
-Esta bien, arreglelo.
Bien, grito en silencio el Orate.
-Espereme aquí diez minutos que voy a ver si incluso la primera cuota la pueden pagar hoy, porque asi por lo menos usted ya la segunda cuota que es suya nada mas la cobra dentro de un mes, que de otra forma la cobraria dentro de dos meses.
-Entonces vaya y digales que si a esos turros - dijo la gorda Valiente al fin - Me cagaron de nuevo, que le va hacer.
El Orate dejo a todas las gordas sentadas y desconsoladas y entro nuevamente a la sala de audiencias.
-Ya esta Tuerto, dos lucas, en cuatro cuotas de quinientos mangos, pero ahora mismo me da los mil pesos de honorarios.
-Hecho Doctor, menos mal que la pudo bajar a esa gorda ladrona.
-Muñeca que uno tiene, Rosales.
-Che Sagardoy, aca tenes lo tuyo, mil pesos de los honorarios, y los quinientos de la primera cuota, contalo – el Tuerto Mancini le extiende un fajo con quince billetes de cien - Yo sabia que vos eras un pingazo, aunque te digo, pienso como Rosales, la gorda de mierda esa no se merece las dos lucas, te digo de corazon, no se las merece.
-Ya esta Tuerto, no me rompa las pelotas.
Cuando ya se habia firmado el acuerdo, Rosales se acerco al Orate
que ya se habia despedido de la gorda Valiente
-Doctor, por el dinero que le acabamos de entregar, por los mil pesos de honorarios digo: ¿No me puede dar una factura?
-Una factura - le contesta el Orate - ¿Usted quiere una factura Rosales?
-Si, quiero una factura.
-Con todo respeto, Rosales: ¿Yo tengo acaso cara de panadero? ¿Por que no se va un poco al carajo?- y sin decir mas nada salio del edificio y respiro hondo la brisa. Era una linda mañana, el sol de octubre ya calentaba antes del mediodia.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario