Ella camina sola
Con sus auriculares que la tienen en su burbuja
El también camina solo y también está escuchando música
Y no escucha los ruidos de afuera
Caminan por la misma vereda, y se van a cruzar
Ella mira para adelante y lo ve venir.
El la ve, y va corriendo su trayectoria hacia el cordón de la acera, ella es hermosa
Ella acepta el gesto y ya de lejos sonrie, y va caminando hacia el cruce inevitable,
por el costado de la pared de las casas
y finalmente se cruzan, y por dos segundos eternos se miran a los ojos
y ambos sonríen, y ambos siguen caminando
y el se da vuelta, pero no se atreve a ir a decirle algo
y luego ella se mezcla con otra gente y el ya no la ve,
y se amonesta, y baja la mirada y sigue caminando
y ambos recuerdan el momento, sin siquiera conocerse
sin saber que ambos en veinte años
se habrán casado
habrán tenido hijos
se habrán separado de sus parejas
y en un nuevo codo de la vida se encontraran,
sabiendo lo que es perder,
y viviran la mas pura historia de amor
y viviran una luna de miel que durara veinticinco años
y ya solo se separarán cuando el muera
mirandola a los ojos y sonriendole cuando ella le sonria
porque la sonrisa de ella lo conforta, lo ilumina
esa sonrisa que solo ella tiene
esa sonrisa que se repente recuerda en un fogonazo final
esa sonrisa de hace medio siglo atrás
en aquella chica que quedó en su memoria
pero ya es tarde, ya se acabo,
ya duerme un sueño amable,
ya nada duele
y lo último que ve es esa sonrisa
y ella le besa los ojos
y llora desde sus propios ojos,
y llora con esa sonrisa,
con esa sonrisa de ella,
con esa sonrisa de ella,
que fue lo último que el vio
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