Nos movilizo a todos y mucho aquella epoca, fervor, alegria, y luego incertidumbre, desilusión, tristeza.
Pero parecia una guerra de otros, de otro pais, como un partido de fútbol.
Pero era una guerra, con la segunda potencia militar del mundo. Y nos fue como nos tenia que ir.
Al tiempo entendi y creo todavia entender que la visita del Papa Juan Pablo II a nuestro pais, a la que fui como miembro de la Accion Catolica, fue para brindarle al pais un escudo protector, porque vencidos en Malvinas (estabamos por caer) eramos un terreno baldio, y los ingleses nos podian ocupar si se lo proponian.
Muchos años pasaron.
Se recupero la democracia, la basura se puso debajo de la alfombra, los que combatieron también.
Hace unos años fui con mis dos hijos un 25 de mayo a la Plaza de Mayo, donde el ejercito repartía chocolate caliente o mate cocido a quienes iban, y ahi los vi en grupo.
Los vi con las cruces blancas, cada ex combatiente llevaba una cruz blanca de madera.
Los vi frente a la catedral metropolitana, y me puse a llorar como un pibe, a mis cuarenta años.
Estaba con mi esposa y mis hijos, y los ex combatientes me hicieron sentir un escalofrio que no volvi a experimentar sino con la muerte de mis padres.
Castigados, olvidados y nunca suficientemente reconocidos como los que dieron la vida por nuestro país, estaban en la plaza.
Y no hay conducta que se compare con la de esta gente y su sacrificio, ellos dieron la vida y la pusieron en juego en esas circunstancia en donde se acaban los discursos.
Porque estos que levantaban las cruces, y otros muchos que estaban encarcelados por causas diversas, argentinos que murieron alla o despues murieron aca, y otros que viviran todo lo que les quede de vida con el recuerdo de las balas enemigas trazando el aire, son los unicos heroes de guerra de nuestro país.
Los vi ahi maltratados olvidados y no reconocidos por la Argentina, pero si por la gente que los veía ahí en la plaza, aunque la televisión no dijo nada de ellos.
Pero los tipos estaban ahi y tenian algo especial, como un aura. Y helaba la sangre verlos con sus cruces blancas. Inspiraban un respeto y un silencio a su paso que no era comun, que nunca habia visto, y entendí ahí el respeto que inspiran los héroes.
Muchos tienen hoy dia apenas unos años mas que yo, cantan cincuenta y monedas en el Documento de Identidad, otros tienen setenta ya, los que eran oficiales. Todos cantan muchos mas años en su alma, y con esa alma en la mano cantan el himno.
Tengo un amigo que todos los dias pone fotos de ex combatientes, algunos muertos, otros vivos, otros presos por otras causas. Hace un homenaje diario, y sube fotos todos los dias, a la noche, y todos los dias me quedo mirando esas fotos de gente que se jugo el pellejo por la patria, pero en sentido literal, porque se lo jugo y muchas veces lo dejo, tambien literalmente, alla, o luego aca, por las cosas que vivio alla.
Los heroes, amigos mios, son estos, y no tenemos otros, solo remontandonos a las luchas de la independencia encontraremos otros de igual jerarquia.
No hay estadistas ni politicos ni militantes de derechos humanos ni nada que les hagan sombra cuando de defender la patria con la propia vida se trata. Porque ellos defendieron con su vida la patria aunque los que estabamos adentro de la patria pensemos igual que ellos o pensemos diferente, nos defendieron y perdieron la vida por nuestro país, sin distincion de banderias politicas, nos defendieron y se jugaron la vida y muchos la perdierion, por todos nosotros, y eso es un acto que aunque se de en una guerra, es uno de los actos de amor de los más sublimes del hombre.
Estos hombres y estos muchachos, todos los que fueron, fueron al muere, y fueron igual, algunos con muchos años, siendo oficiales de alto o de menor rango, otros con apenas diecinueve años y saliendo de la adolescencia.
Y muchos no volvieron, y muchos volvieron con traumas que los acompañaron o que los acompañaran hasta la muerte.
Cuando un hombre enfrenta a la muerte cara a cara por su país, es un héroe de la patria.
Eso le dije a mi hijo ese dia en la Plaza de Mayo mientras nosotros tomábamos mate cocido y ellos levantaban las cruces blancas y la Plaza de Mayo se cubria de un clima raro. Se cubría de presencias que estaban alli pero que estaba tambien en cada casa de las familas de esos corazones que habían latido a dos mil por hora mientras nos defendían a todos y mientras las balas inglesas les silbaban o les daban en el pecho.
Mi homenaje a todo ellos.
A los heroes de la Guerra de las Malvinas.
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