Nunca dejo de continuar la leyenda y nunca de latir los corazones.
Nunca de ondear nuestras banderas y nunca de estropearse nuestras gargantas.
Porque somos de aquí
Porque al final acá esta gran parte de nuestra reducción de anhelos y alegrías compartidas
De pechos inflados y corazones alegres por algo tan banal como un partido de fútbol.
Por nuestro rito sagrado.
Porque somos polvo
y porque tambien somos sangre
Pero cuando juega Lanus, somos un corazon que se nos sale del pecho.
Y somos un grito de Dale Grana.
Es que somos el alma de un pueblo del color de la sangre espesa.
Y un trapo granate al viento.
Otra vez larga el granate,
mi granate querido.
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