Don Antonio Martiniello, el padre de Gabriela Martiniello, la mama de mis hijos, un tano que a los 18 años se tuvo que ir de Italia, de su Avelino natal, porque no habia futuro ni comida y vio por ultima vez a su mama y se vino solo a la Argentina, y se hizo solo, siendo el menor de varios hermanos, y haciendose de abajo, en la cultura del laburo a full, metalurgico por no tener otra cosa que su fuerza de trabajo, pero dueño de una sabiduria recabada a lo largo de años de poner el lomo a diestra y siniestra, aprendiendo desde la simpleza de las cosas.
Que me contaba que los domingos cuando llego de italia como estaba siempre solo se iba al kiosco de revistas de San Lorenzo y 9 de Julio al cordon de la vereda a ver si podia leer un diario.
Don Antonio que le gusta comer bien, con todo, quiza por carencias que tuvo de chiquito en la epoca de la guerra en Italia, que siempre cuenta que comian una papa entre tres. Que siempre quiere pagar, aunque sea con los ultimos mangos que le queden.
Que me contaba que los domingos cuando llego de italia como estaba siempre solo se iba al kiosco de revistas de San Lorenzo y 9 de Julio al cordon de la vereda a ver si podia leer un diario.
Don Antonio que le gusta comer bien, con todo, quiza por carencias que tuvo de chiquito en la epoca de la guerra en Italia, que siempre cuenta que comian una papa entre tres. Que siempre quiere pagar, aunque sea con los ultimos mangos que le queden.
Don Antonio me contaba siempre, en los asados historicos de los domingos a la mañana en los cuales yo rompia las pelotas a Gabriela y a mis chicos para llegar temprano tipo once porque queria estar con el, asi tenia tiempo de ir al fondo de la casa a la parrilla grande donde siempre tiraba "algun bicho" como decia y dice el todavia, para junto a un cinzano y soda y aceitunas y queso y salamin y pan, en picadas intimas e inolvidables, charlar de politica, de Lanus, siempre de Lanus, de futbol, del boxeo que miraba siempre los sabados por Space, y de cualquier cosa, y que entre bocado y bocado y mientras se hacia la carne, me instruyo en lecciones de vida que quiza no tuve con mi viejo, quiza porque con mi viejo tenia ese principio de autoridad que me impedia alguna confesion o alguna consulta sobre cuestiones de la vida.
Don Antonio es un tipo que vivio conmigo momentos muy duros de su vida, y de la de su señora, Iris, con la cual casi siempre discuti desde que estuve de novio con la hija de ambos y segui discutiendo siempre, y con la cual terminaba siempre ella llorando y abrazandome.
Don Antonio le dice siempre a mi hijo cada vez que el va a su casa: Carlitos, decile a tu papa que le mando un saludo y que lo quiero y que mi casa es la casa de el.
Ir a la casa del tano me llena por un lado de alegria, pero por el otro lado me mata, me bajonea porque no me hace bien o me trae recuerdos intensos el estar en ese ambiente, en esa casa por la que luche para evitar el remate, por la que me salieron unos cientos de canas nuevas. Me acuerdo que cuando paramos el remate fui con ellos a cerrar el acuerdo a Quilmes y ahi nos jugamos la vida y nos salio bien y despues dormi dos dias seguidos. El tano estaba volteado ahi, pero nunca aflojo, siempre decia "aprieta pero no ahorca" y algunas veces hasta lo vi llorar de bronca. Muchas cosas compartidas, el tumor de mi suegra, que luego se soluciono, el juicio trucho para parar el remate, la negociacion, la primera plata fuerte que cobre en mi laburo que se la di al tano con una alegria inmensa para que luego de 50 años pueda volver a su Italia querida y ver de nuevo a sus sobrinos y a su hermana y a su cuñado. Cuando se quedo sin laburo que yo lo hacia cortar el pasto en mi casa y le pagaba un sueldo, y cuando entre los dos llenamos el terreno de la casa con mas de nueve camiones de tierra negra, lo emparejamos, pusimos pasto, criamos a nuesro perro Pinocho cuando por los quilombos que hacia en casa lo tuvimos que deportar al terreno en el cual luego construimos la casa en la que aun viven Gabriela la mama de mis hijos y mis hijos y las cosas que vivimos juntos alli. Cuando lo metieron en cana en Quilmes y corrimos con Gaby todo el fin de semana y finalmente a los tres dias salio de la Brigada de Quilmes llorando, preso por no dar mas cometa a la cana. Muchas cosas y muchos momentos vividos de forma muy intensa, los consejos de vida que recibi, de un hombre sencillo, cariñoso, que vela por sus hijos y por sus pollos, entre los cuales me cuenta aun hoy, gracias a Dios.
Don Antonio que nunca me juzgo, al igual que mi vieja, que lloro como un hermano a mis viejos cuando partieron al cielo. Don Antonio que tiene la sabiduria de las cosas simples, que le tiene miedo a la altura, que hace unos lechones y chivitos y asados de ordago.
Que le duelen desde siempre las rodillas, que no quiere salir de su casa, de su fondo, que hoy me dijo cada vez que voy a tu casa no quiero ir al fondo porque me acuerdo de lo que hicimos vos y yo alli y no quiero ir al fondo. Que hace unas busecas de la hostia, que hace esas ensaladas de tomate y ajo y que parece que el estomago explota cuando el ajo entra al organismo. Don Antonio que hoy a la noche cuando lo fui a ver a el y a su señora para darle un abrazo por la muerte de su cuñado, lo vi entero, y me dio como siempre unos mates y lo que sobro del mediodia, como siempre hace para picar, contento de verme, que me hizo viajar atras en el tiempo y que me conto que mi hijo los domingos hace lo mismo que hacia yo cuando iba los domingos, me dijo tu hijo hace lo mismo que hacias vos, se me viene al fondo y se me queda al lado mio, me charla, y yo le digo lo mismo que te decia a vos, anda a buscar un tenedor Carlitos, y no es que no tenga un tenedor, lo tengo, pero el va igual y yo se lo digo para ver si hacia lo mismo que vos y me gusta verlo como esta contento de darme una mano, y hace lo mismo, y me lo decia con los ojos llorosos y a mi se me mezclaban un monton de cosas en el corazon cuando me lo decia. Me dijo que mi hijo hace lo mismo que hacia yo, se le queda en la parrilla al lado, aunque sea sin decir nada, acompañandolo, y que me dijo lo mismo que me dijo mi hijo, que las mejores vacaciones de su vida fue el viaje que hicimos mi flia junto con ellos dos y mis viejos al norte, y que se acuerda de todo el viaje, y de lo bien que la pasamos.
Don Antonio que banco a los hijos en todas las paradas, aun cuando quiza no estaba de acuerdo en algunas cosas, y lo bien que hizo en bancarlos. Que ama a mis hijos con locura.
Facho por naturaleza, que sabe que algo no puede estar mas o menos bien, o esta bien o esta mal, que entiende que la vida, como dice una amiga del facebook, Celi Ojea Quintana, es "una sucesion de asados" y de momentos simples y que hay que disfrutar las buenas porque en algun punto la vida te caga a palos.
Don Antonio Martiniello, mi segundo viejo, un tipo entero, integro, que tuvo varias caidas, que reconoce y acepta las caidas de los demas, y no los juzga, y se lo agradezco siempre, que me quiere y me lo dice siempre que me ve, y se le ponen los ojos llorosos cuando me lo dice y yo que tambien veo que se me nubla la vista.
Mi segundo viejo, ojala que Dios le de muchos años mas, hoy lo vi despues de mucho tiempo, y nada, ya le dije que lo quiero mucho, a Iris tambien, pero con el tengo un tema muy profundo, muchas luchas en comun, su alegria es mi alegria, su pena es la mia.
Salud Antonio, gracias por el abrazo, gracias por los momentos compartidos, y espero la buseca que me prometio.
Lanus, 8 de setiembre de 2012, a las una de la madrugada en un viaje hacia atras en el tiempo hacia ternuras que aun perduran a pesar de la distancia.
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