El Club que yo quiero es uno que en parte tengo, y que en parte sigo queriendo tener.
El Club que yo quiero es una union de personas, es una union de voluntades, tirando todas para el mismo lado.
El Club que yo quiero tiene la forma de la pasion, es la idea de un trapo granate flameando en cualquier lado y contra cualquier viento. Un trapo eterno, que ve pasar vidas y sigue dando emociones.
El Club que yo quiero es un centro de contencion al que las personas acuden para relacionarse con otras y asi ven juntos pasar la vida.
Y la van viviendo, con pasion, con lazos elaborados sin pensar en el dinero, ni en las conveniencias ni en los oportunismos, sino en las cosas simples, basicas, sencillas e importantes.
Es una mañana fria de invierno con los arboles podados y al sol.
Es una tarde de verano a la salida de la pileta, con la piel roja del verano inclemente.
Es una caminata en primavera cuando los arboles comienzan a mostrar sus nuevos brotes
Es la caravana hacia cualquier parte del pais y las camisetas granates floreciendo cerca de cualquier estadio y los autos y las bocinas y los saludos y las miradas ansiosas.
Es la caravana hacia cualquier parte del pais y las camisetas granates floreciendo cerca de cualquier estadio y los autos y las bocinas y los saludos y las miradas ansiosas.
El club que yo quiero es el que rechaza a quienes se enriquecen o siquiera piensan en enriquecerse a su costa, porque esos juegan y usan los sentimientos, y merecen solo el repudio.
El Club que yo quiero es un lugar donde un persona pueda decir lo que piensa libremente, es una union de personas que dicen lo que piensan y no tienen padrinos ni reconocen prerrogativas a señores feudales ni a magos ni a hechiceros milagrosos.
Es un lugar donde los imprescindibles no existen, donde el ultimo de la fila puede y deber ser escuchado.
El Club que yo quiero es de gente simple, de trabajadores, profesionales, docentes, desocupados, empresarios, unidos por la pasion.
Es una union de gente que tiene un limite, no acepta a los que hacen las cosas poniendo sus intereses personales por encima de los del grupo de voluntades que es el club.
El lugar en donde cuando alquien esta mal los demas se interesan y lo animan, o por lo menos lo escuchan y no lo juzgan.
Un lugar donde no hay lugar para los ventajeros que abundan en la vida cotidiana.
El Club que yo quiero es el que acepta a los diferentes, a los que no tienen todos los patitos en fila, a los que no tienen cabida en otros lugares.
El Club que yo quiero no sabe de personas de primera o de segunda clase.
El Club que yo quiero es el que sirve de segundo hogar y de escuela de vida a los jovenes, y que los va formando en base al ejemplo en la moral y la etica.
Es un lugar en donde la buena gente es premiada, y los mercaderes echados a patadas al pretender negociar sobre el sentimiento de aquella buena gente.
El Club que yo quiero es un sabado a la mañana infectado de chicos aunque llueva y parezca que el cielo se viene abajo. Es un monton de deportistas con sus uniformes blancos de pelea o con sus equipos granates saliendo a la cancha.
Y es una cantidad dispar de grupos de gente con una pelota de futbol o de basquet o de voley o de handball o de hockey haciendo deporte por la recreacion y el disfrute que la practica del deporte aporta al espiritu. Es mucha gente haciendo deporte por el deporte mismo, sin competir. Es un monton de grupos de amigos un dia de verano a la tarde jugando en un sector de camping o de alguna cancha cualquiera. Es esos grupos de chicos compartiendo cansados una gaseosa todos sentados en ronda luego de haber dejado hasta el ultimo aliento.
Es un monton de hileras de humo de parrillas que se elevan al cielo un domingo al mediodia.
Es saber que todos tiramos para el mismo lado.
Es saber que no hay lugar para los que tiran para su lado propio, porque en una union de voluntades la voluntad individual se tapa por la general, por el interes general, y por el interes colectivo.
Es saber que el Club que yo quiero es popular, y que cada persona que trabaja tiene derecho a participar en el mismo.
Es saber que los que dejaron sus huesos y sus vidas en pos de un botin que no existe no entregaron todas sus horas sacadas a las familias en vano.
Es saber que esa union de voluntades es algo que dejamos como legado a nuestros hijos, y por lo tanto debe estar limpio de la mas blanca pureza de intenciones.
Es una escuela de vida, y en la vida que vale la pena, todos sabemos lo que queremos en ella y lo que no nos sirve.
Es un Club que puede ganar o perder en un partido, pero que sigue teniendo la fuerza de un trapo y un grito, de un grito que nace de los huesos. De nuestros huesos, de los huesos de los que ya no estan y que siembran nuestra tierra y de los corazones de los que han sido contagiados con todo cariño con el legado de tener como bandera de la patria al trapo aquel y como himno ese grito, cada vez mas limpio, cada vez mas fuerte, cada vez mas hondo.
Ese es el club que yo quiero, otro club no quiero, otro club no me interesa, ese club es el de mis amigos, el de mi familia, ese es el club por el que me peleo con propios y extraños y por el que cada tanto soy catalogado de loco, impulsivo y fanatico, y a mucha honra.
Ese es el club que siempre voy a querer, y por el que siempre voy a bregar, aunque a veces ese club parece que se desvanece, pero siempre esta, porque cada uno sabe que es lo que esta bien y lo que esta mal.
El club de mis viejos, mi club, el club de mis hijos, de mis hermanos, de mis sobrinos, de mis amigos, el club que me recibio a los cuatro años haciendo gimnasia correctiva y no me vio salir mas, el club de mis amores.
Vamos Lanus de mi Corazon, vamos Granate de mi vida, vamos, con un trapo granate y un grito ya ronco, ya fuerte, ya hondo.
Vamos Lanus de mi Corazon, vamos Granate de mi vida, vamos, con un trapo granate y un grito ya ronco, ya fuerte, ya hondo.