BIENVENIDOS

BIENVENIDOS.

DISFRUTEN DE ESTA HUMILDE PAGINA LOS QUE PUEDAN HACERLO, LOS QUE NO, GRACIAS POR HABERSE TOMADO LA MOLESTIA DE HABER ENTRADO
TODOS, LOS QUE PUEDAN Y LOS QUE NO, SEAN FELICES, SEAN LOCOS, DESINHIBIDOS, NO SE REPRIMAN, SEAN AMABLES CON LAS DAMAS
VAYAN SIEMPRE DE CARA AL VIENTO
VIVAN CON EL CORAZON EN LA MANO.
DECIA DON JOSE DE SAN MARTIN: "SEAMOS LIBRES, QUE LO DEMAS NO IMPORTA NADA."

jueves, 5 de enero de 2012

HECTOR MAZZEI . SANDRA GALLEGOS

hector mazzei y sandra gallegos son, con mayuscula, bellas personas, buena gente, que camina, y va sembrando la tierra, parafraseando al nano serrat.
la gente, segun pienso hoy dia, no se divide por colores ni razas, sino solamente en buena o mala gente, y cada vez mas  convencido estoy.
encontre a sandra ahora en el facebook, hace un tiempito, y estamos siempre cruzandonos ME  GUSTA en  los comentarios.
hoy que estoy de vacaciones, me envio una publicacion que habia escrito hector en su propio perfil del face, cuando se entero del fallecimiento de mi viejo querido.
aca lo guardo para no perderlo 
, gracias sandra, gracias hector, buena vida para ambos y no pierdan nunca la sonrisa y la mirada clara y para adelante, que es lo que tengo de ustedes dos en mi retina, cuando me hablan de ustedes siempre los veo mirando para adelante, y con la mirada alta, 
ha de ser el sueño de los que pensamos de la misma forma, que vemos un lugar mejor  para nuestos hijos,
algo se ve, por suerte.
ahi va la carta:

de Héctor Santiago Mazzei, el Sábado, 10 de abril de 2010 a la(s) 14:14

Carlos Gonzalez fue cuatro veces Presidente del Club Lanus, hoy la institución más prestigiosa de la ciudad. Con su liderazgo social sacó al club de la quiebra y lo llevó a lo más alto. Ese estilo de gestión permitió ver al Club Campeón Nacional y ponerlo en la vidriera. Lo conocí hace muchos años gracias a mi entonces novia, Sandra que en ese momento era su mano derecha en el Consejo Deliberante de la Ciudad. Por ese tiempo discutíamos comiendo palmeritas en su despacho de Consejal, un altillo que llamábamos "la oficina de Perón", porque daba al balcón desde el cual el General le había hablado al Pueblo en 1949. Para bajarme a tierra me había puesto un apodo: el Ideólogo. Así me llamó hasta la actualidad las pocas veces que nos encontrábamos por la calle. El pasado verano lo ví por última vez juntando moras en el Parque de Lanús: un lugar que gracias a un proyecto de Auyero y suyo propio consiguieron construír y que representaron más de veinte hectáreas de superficie verde para los vecinos. "¿Estarán maduras las moras, Ideólogo?" me gritó de lejos. Le dije que lo mejor era esperar y vernos en una semana con un balde cada uno para hacer dulce. Son esas citas que se hacen para no cumplir cuando se cree que se tiene todo el tiempo por delante

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