Y un día andando veredas habituales se encontró con unos ojos que le penetraron el alma
Y lo dejaron grogui de dolor y soledades
Y se dio cuenta que desde hacía mucho extrañaba extrañar presencias
Y que no se bancaba una puta noche más en blanco
Que el hombre no es hombre sin mujer
Que necesitaba saberse el trofeo de una mina
De una mina que ansie colgársele del cuello y asfixiarlo
De una mina si, de una mina así como suena, una mina y punto
La mina de su vida,
Porque a puro golpe y banquinazo aprendió que vivir, se vive solo hoy
Y que el mejor banquete será entonces esta hogaza de pan
Y el mejor vino será este, el que tenga ahora en este frasco de vidrio
Y ahí empezó a vivir la vida que merecía vivir,
Con el corazón salido del pecho.
Y le importo ya un carajo, cuánto iba a durar,
Porque se volvió eterno
Lanus, 26/4/2016
No hay comentarios:
Publicar un comentario