BIENVENIDOS

BIENVENIDOS.

DISFRUTEN DE ESTA HUMILDE PAGINA LOS QUE PUEDAN HACERLO, LOS QUE NO, GRACIAS POR HABERSE TOMADO LA MOLESTIA DE HABER ENTRADO
TODOS, LOS QUE PUEDAN Y LOS QUE NO, SEAN FELICES, SEAN LOCOS, DESINHIBIDOS, NO SE REPRIMAN, SEAN AMABLES CON LAS DAMAS
VAYAN SIEMPRE DE CARA AL VIENTO
VIVAN CON EL CORAZON EN LA MANO.
DECIA DON JOSE DE SAN MARTIN: "SEAMOS LIBRES, QUE LO DEMAS NO IMPORTA NADA."

martes, 17 de marzo de 2015

EMPIEZA - RELATO





El auditorio, unas sesenta personas, en un aula prolija y acondicionada, la mira. Algunos ya parecen estar preparados, otros todavia no han desacelerado de sus actividades anteriores, y terminan dialogos en voz baja por celular, alguna revision de agenda, algun mensaje
Ella esta revisando el PowerPoint de la charla. En medio de ese silencio de murmullo la sala se va llenando, cada tanto alguien asoma su cabeza por la puerta entreabierta y verificando que llego al lugar correcto saluda - con un abstracto buenas tardes - y sin esperar respuesta busca un pupitre libre. Las charlas ocasionales entre dos que no se conocen van cesando, los celulares acallan sus timbres. 
Todos están con un cuaderno en blanco y una lapicera sobre el pupitre para tomar algún apunte o anotar alguna frase, ella es conocida por esas frases. Pasaron ya unos cinco, y luego diez minutos de las 19 horas. Ella apreta un botón de la laptop y se ve en una pantalla el titulo del curso. La pantalla esta apenas torcida. Ella se levanta y va hasta la pantalla, la endereza.
Es flaca constitucional, no muy alta y algo apenas encorvada. Pantalones negros y una blusa blanca suelta, unas chatitas, un gran collar, pulseras en ambas muñecas, nariz flaca y en punta, aunque algo apenas encorvada, ojos negros, brillantes. 
La edad del alma se ve en los ojos, y en Ella se nota desde lejos. El rostro canta en los  ojos  muchos menos años de los que seguramente da fe su documento.
Pizpireta, se para, mueve los brazos. El auditorio se silencia y 60 personas de diversa edad ponen toda su atención en sus movimientos. Ella se acomoda la blusa, ya de pie. Se toca el collar con la mano izquierda y lo balancea un poco como jugando mientras sus ojos negros miran un punto fijo en la pared del fondo de la sala. De pronto deja de balancear el collar. Estira la mano derecha y hace sonar sus pulseras, no mucho, un ruido apenas. Entonces cuando es evidente que todos la están mirando, ella los mira a todos cubriendo en un paneo visual toda la sala, a la altura de  los ojos que la estan mirando. 
Da dos pasos hacia la mitad del salón, da media vuelta y queda de frente a todos. 
Vuelve a sonreír con la boca y con los ojos. 
Respira hondo...
Y comienza !!

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