Quizá solo es lo que pide la vida.
Aceptarse y estar en el presente como único tiempo valido
La conciencia del momento, como cuando un chico de dos años tiene un chupetin, que sus sentidos están puestos solo en esa realidad presente. Así ha de ser el proyecto, al 100 % en cada momento , si es cierta esa afirmación tan cada vez más válida que sostiene que lo único que sabemos cuando nacemos es que vamos a morir. Sigue a esta premisa la segunda parte que deriva de esta primera y es cual es nuestro propósito y nuestra única obligación: la búsqueda de la felicidad
En eso debiéramos estar, como podemos y como nos salga. La pluma que se deja mecer por el viento. La aceptación de lo que ha de tocar.
Tenemos una sola vida, no hay otras. No existe entonces una puta excusa que justifique no hundir el pie en el acelerador, y no bajar los vidrios, y no bajar las defensas.
Es hoy y ahora, siempre, cada día de nuestra vida, sin ayer, sin mañana ni pasado mañana, solo hoy.
Que estamos esperando ?
Esperar, solo a la muerte. Y no vale la pena esperarla, porque ella va a venir igual.
Transitar plenos es la forma de ponerla en la lona, aunque sea al menos hasta que llegue, al fin y al cabo es parte, ella también, de la vida.
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