BIENVENIDOS

BIENVENIDOS.

DISFRUTEN DE ESTA HUMILDE PAGINA LOS QUE PUEDAN HACERLO, LOS QUE NO, GRACIAS POR HABERSE TOMADO LA MOLESTIA DE HABER ENTRADO
TODOS, LOS QUE PUEDAN Y LOS QUE NO, SEAN FELICES, SEAN LOCOS, DESINHIBIDOS, NO SE REPRIMAN, SEAN AMABLES CON LAS DAMAS
VAYAN SIEMPRE DE CARA AL VIENTO
VIVAN CON EL CORAZON EN LA MANO.
DECIA DON JOSE DE SAN MARTIN: "SEAMOS LIBRES, QUE LO DEMAS NO IMPORTA NADA."

miércoles, 17 de octubre de 2012

NO SE LA PUEDE LLEVAR TAN FACIL

La cercanía de la muerte es un paso necesrio para aprender a darle el mayor valor a la vida.
El proceso que implica la muerte de alguien muy cercano, su sufrimiento y el desgarro del alma que es asistir a ese final es una de las experiencias mas dolorosas y mas necesarias para saberr luego interpretar los días por venir.
El verle la cara a la muerte en alguien directo nos  da la opción de elegir para luego, o mejor dicho nos coloca en un cruce, no en un lugar voluntario, sino en  una rotonda de la vida desde la cual, indefectiblemente algún camino deberá seguirse.
Y ahí nos jugamos gran parte de las fichas de nuestra ruleta. Momento y disyuntiva fatal, inevitable e imposible de driblear o gambetear.
Es un cuarto oscuro y frio  con una sola puerta que divide de una estancia desde la que se adivina un sol que ciega la vista.  Acurrucarse en un rincón a esperar la propia muerte o salir con lo que nos quede de fuerza a esa luz, a lo que haya, a lo que venga.
Afuera puede o no hacer frio o llover o nevar o haber o no verano,  pero hay algo que es la contra de aquella seguridad que lleva a un final con traje de madera.
Incertidumbres, emociones que conmueven,  gritos, risas, lagrimas.
Esa es la aventura de la vida. Que venga lo que venga y saber que mientras se pueda esquivar a esa hija de puta vestida de negro siempre hay una mañana de sol y primaveras y veranos, pájaros, flores, abrazos y sonrisas
A tomar todo el aire, a sonreír, temblar, emocionarse, llorar, hacer todos los asados y a bailar como se pueda, a no guardares nada y amar por sobre todas las cosas.
La muerte, esa turra que espera en un cuarto oscuro, no se la puede llevar tan fácil.

domingo, 7 de octubre de 2012

EL Y ELLA - POESIA

Ella era tierra, el semilla
ella era luna, el era sol.
Ella era estrella, el era espacio
el era noche, ella el rocio con el perfume de las flores.
Ella era la playa, el era el mar
que la abordaba, la inundaba y la dejaba
para luego volver a cubrirla y a inundarla
y volver a dejarla, para volver al rato.
El era el volcan, ella era el valle,
el derramaba su lava en los prados.
La savia de el se internaba en la matriz de la tierra 
abriendo y quemando las espigas doradas.
Ella tenia un mar en su espalda blanca,
un mar de lunares como  islas o puertos
que podian ser recorridos una y otra vez
por los barcos de los besos de el.
Y en la espalda las islas,
y en las islas los valles y volcanes,
y la tierras y la lava
y la semilla, y la arena y el mar.
Y en las noches el rocio,
y en el rocio el perfume,
y en cada gota el reflejo del lucero,
y el lucero iluminando el barco de sus labios
recorriendo la espalda y las piernas cansadas,
besando detenidamente y uno a uno
cada lunar, cada espacio en blanco.
Y no se concebia al uno sin el otro,
y ella era ella pero era tambien el,
y el era el pero tambien era ella
cuando se dormian con un cansancio de desmayo,
de perder la conciencia del tiempo y de las cosas,
y al despertarse ella lo volvia a ver, 
y el la volvia a ver a ella, 
y veia su cuello de gacela,
y corria el mechon que cubria el nacimiento de su cuello
y lo besaba de nuevo,
y el mundo eran ellos dos,
y acababa en ese cuello,
y ahi se queria quedar.