El mar es el
todo, el caldo madre, puede ser que toda la vida venga del mar, o el principio
de la vida, y con el principio, luego el todo, de cualquier manera es principio
y fin, da una idea de eternidad, de lo pasajero que fueron nuestros
antepasados, de lo efímero que somos nosotros mismos, y de lo efirmero que
serán nuestros descendientes.
Caminar por la
playa vacia pisando arenas gruesas y finas, y caracoles es caminar sobre vidas
pasadas, en definitiva si somos polvo, también somos arena, o hubo seres que
fueron, y ahora son arena, pero el mar
vio a la arena cuando era otra cosa, cuando era un ser vivo, y vio también polvo
que alguna vez fueron hombres.
Siempre que
estoy en la costa me gusta caminar por la playa, siempre camino a la mañana, y
siempre camino antes de acostarme, siempre que puedo, claro, a veces no puedo, y siempre termino mirando el mar y la arena por donde van los pasos y agarrando
algún caracol de forma extraña o deformada por la erosion, ya soy casi un especialista en encontrarlos, modestia
aparte. Es algo que tengo incorporado en
mi disco rigido.
Vine con mis
hijos a la costa, vacaciones de invierno a estrenar el cuatriciclo que
compramos para los 18 años de Carlitos, un Yamaha 250 deportivo con el que todos, pero básicamente mi hijo,
pegamos todas las vueltas que tuvimos ganas, Carlitos fue lejos el que mas lo anduvo,
lo cuido, lo castigo, y el cuatriciclo lo castigo también a el, todas las
noches llegaba con una cara de cansancio y de felicidad que justifican
cualquier gasto. Mi hija por su parte, iba a venir con una amiga, promesa que
tenia hecha desde antes, amiga que no pudo venir, promesa que se renovo para
con los dos, y quedo Carolina nuevamente como la Lady entre dos machos, creo
que ese papel le sienta bien y ya esta
acostumbrada a pesar de las bromas que sufre a costa nuestra en forma
sistematica.
En invierno la
costa no es como otras épocas, las temperaturas son rozando el cero y un poco
para arriba solamente, el abrigo con dos o tres capas de ropa es inevitable,
mas si como nosotros se decide ir a la playa seis o siete horas de corrido, es
que es la única manera de disfrutar el dia con los cuatris y la camioneta, de
mañana hace cero grado, asi que salimos tipo once, y volvemos tipo seis, con un
buen desayuno con tostadas y de todo
arriba de las tostadas, y sin almorzar prácticamente, a las seis y media se
hace de noche, y luego nos guardamos en
el departamento a ver la tele y charlar y a meternos los tres en internet cada
uno con su teléfono, salimos solo si cenamos afuera o para comprar algún helado
o algún alfajor. Muchas horas de dormir y muchas horas en el departamento, y
siete u ocho horas a full en la playa, asi es la cosa. Mucha comunicación,
mucha charla, mucha caricia al corazón.
Un lugar al que
siempre vamos es un balneario que esta abandonado en invierno, y que en verano
es uno de los mas exclusivos, y al cual nosotros vamos cuando esta abandonado,
je. En verano también vamos, pero solo alguna tarde a tomar algo cuando se esta poniendo el sol a
ver la puesta, este verano pasado con Carlitos nos clavamos unos fernet que nos
dejaron en un estado catatónico, a los dos. Pero en invierno este lugar esta
con las ventanas tapadas con maderas, es una construcción de madera, con un
deck que la recorre, es un exagono levantado de la arena. Esa forma que tiene
hace que venga de donde venga el viento, exista reparo. Siempre que el viento
no venga del oeste o del norte,
eligiendo las caras del exagono que dan al sol, ahí nos instalamos, y hacemos
nuestra base, con la camioneta y los cuatris, y ahí recibimos las caricias del
sol.
Al sol aca en
invierno a las seis le pegan un tiro y se cae, no se esconde, se derrumba.
Mientras los
chicos andan en el cuatriciclo, yo los miro y camino por la playa, el balneario
es en las playas que estan las al norte de La Frontera, en un balneario que es
llama El mas Alla, pero que es conocido como El Mas Alla del Mas Alla.
Y siempre vuelvo
al mar, con el viento fuerte en la cara,
pisando arena gruesa y fina, y escuchando música por el celular. Y siempre me
pongo a pensar, hasta conmoverme.
Que me paso? Estoy
bien ahora? Como fue que paso todo lo que paso por la vida? Mis viejos ya
fueron, también ya fue mi matrimonio con la madre de mi hijos. Ahora soy
el mayor de mi familia, una familia nuclear de tres, una mas de las familias de
tres, o incluso de dos, pero con la fuerza
vital intacta, o quizá recargada. Voy a cumplir cuarenta y cinco años,
nunca imagine estar
viviendo solo a esta edad, no me
gusta estar solo, tampoco se cuanta piola me queda en el carretel, solo veo
algunas cosas claras, y con esas creo que me sobra, se que me gusta y que no me
gusta.
La eternidad del
mar y de la playa y del viento demuestra que solo somos un suspiro en la historia, o mejor dicho ni
todo el suspiro, nosotros somos una parte del aire de ese suspiro, una parte de
ese vapor que dura solo un poquito.
Somos efímeros, somos finitos, somos chiquitos.
Ese viento
fuerte, ese solazo de invierno, esa soledad y esa espuma blanca y esa arena que
fueron seres vivos tiran certezas, la de lo chiquitos y efímeros que somos, y
la de que entonces le demos para adelante con todo, con toda la fuerza y toda
la energía, pegale a la vida el golpe mas fuerte que tengas dicen las olas,
descarga toda tu energía, no te guardes nada, corre, salta, baila, quedate sin
aire dice el viento, quedate sin aliento, sin fuerzas, pero haciendo cosas que
te gusten y que te hagan feliz, asi estaras pleno, y cuando estes pleno vas a
sentir que aunque sea ese minuto en que te gastaste todas tus fuerzas y en el
que dejaste el ultimo aliento haciendo algo que te gusta, justifican tu
existencia.
Evita el dolor,
siempre evitalo, y si el dolor viene, tene en cuenta que el dolor es una
escuela, como dice Pilar Sordo en un
ensayo, y tiene razón, evitarlo es
respetarlo, sufrirlo siempre es
necesario lamentablemente, pero si somos el vapor de un suspiro de Dios y
sabemos que inevitablemente y en unos años seremos polvo, de ninguna manera, de
ningún modo, nada justifica que no
hagamos lo que tenemos ganas y que nos guardemos nuestros sentimientos mas
intimos y nuestra forma de pensar y nuestras opiniones.
No puedo con el
mar, el me va a comer, el vio pasar a millones antes que a mi, y vera a pasar a
millones después de mi.
Que hacer
entonces? Lo que nos de la gana. Lo que nos colme, lo que nos haga felices. No
tengamos en cuenta lo que digan o puedan pensar los demás, ellos también tienen
fecha de vencimiento en el envase y sus verdades son tan relativas como las
nuestras.
Con quienes? Con
la gente que sonríe, con la gente que nos trata bien.
Cuando? Ahora,
obviamente, y dentro de diez minutos y dentro de una semana, pero este mes,
este año.
Donde? En todos
lados, no hay cárceles para los pensamientos, no hay un puto lugar al que no
tengamos el derecho inalienable de ir y de disfrutar y de ser felices.
Como? De
cualquier manera, corriendo, amando, charlando, trabajando, leyendo, por
internet, radio, tele, música, café,
asado, caminata, viaje, club, yo que se, todas las formas que nos imaginemos.
Pero siempre
para adelante, y con el corazón en la
mano.
El mar avisa, el
mar esta ahí, millones y millones de caracoles que ahora son arena dan fe que
lo único que sabemos cuando nacemos es que un dia seremos polvo.
La vida, la vida
pasa en ese pedacito de tiempo, y la única manera de que valga la pena es
vivirla intensamente, poniendo el cuore
ante todo.
La única
obligación que tenemos marcada desde que
nacemos es ser felices.
No puedo con el
mar, siempre me hace decir estas cosas.
Pinamar, 26 de Julio de 2012, mientras mis hijos duermen.-
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