Un parrafo de Papeles en el Viento, la novela de Eduardo Saccheri en la que tres amigos de una ex barra de cuatro, dado que el Mono fallecio, tratan de recuperar para la hija del Mono, Guadalupe, el dinero mal invertido por este en una inversion en la que puso todo su capital, un jugador numero nueve, que no hace goles. El Mono murio, y Mauricio, Fernando y el Russo, hacen lo que pueden...
Sacheri se hizo conocido con el El Secreto de Sus Ojos, basada en su novela La Pregunta de Sus Ojos, pero es el mejor escritor argentino del momento. O el que mas me gusta. Cuentos imperdibles, y esta la tercer novela
Dice el Mono (en vida):
-No me pongas esa cara Fernardo. Entendeme, en lugar de mirarme asi. Yo siento...hace tiempo que siento - el Mono movia las manos tanteando el aire frente a si, pero tampoco ahi estaban las palabras que necesitaba - Viste cuando te perdes? Cuando vas a algun lado y te perdes? Vos no te das cuenta en el momento. No es que giras en una esquina y decis "aca, justo aca, me estoy perdiendo". Si no, no te perderias. No funciona asi. Vos te perdes pero no te das cuenta de que te perdes. Avanzas, avanzas, creyendote que la tenes mas o menos clara hasta que llega un punto en que te paras y decis "me perdi, no tengo ni la mas puta idea de donde estoy metido" Bueno, yo estoy asi......
-Yo "era", entendes?. Cuando estabamos en tercer año. En cuarto año del secundario. Yo... que era?
-Jugador de futbol.
Fernando apenas balbuceo estas palabras, pero no hizo falta repetirlas porque los tres las habian pensado. Volvieron a callarse. Tal ves lo que le habia ocurrido a Fernando tambien le pasaba al Russo. Esa tristeza subita por encontrar, en el fondo del alma de su amigo, un dolor asi de viejo, y asi de vivo.
-Ahi tenes. Viste como te salio facilisimo? Yo era jugador de futbol. Era numero cuatro. Marcador de punta. Jugaba en las inferiores de Velez. Jugaba en sexta, Jugaba en quinta. Jugaba en Cuarta. Yo era eso Fernando. Jugador. El asunto es que eso no fui mas. Desde que esos chotos me dejaron libre jugador no fui nunca mas. La cagada es que eso es lo ultimo que fui. Despues no fui mas nada.
-Para. Para un poquito - de repente a Fernando habia dejado de cuadrarle la compasion y el respeto por el duelo de su hermano - Tenes una hija que te adora.
-No hablo de eso.
-Y de que hablas?
-Hablo de mi como persona. De mi con mis cosas.
-Tus cosas? Perfecto, mira la casa que tenes.
-La alquilo
-Si queres la compras, Mono. Mira el auto que tenes. No me jodas.
-No te jodo. Pero no me corras con la guita. Me conoces desde siempre, Fernando. Vos sabes por donde me paso yo la guita.
-Ahora de repende sos filantropo.
No habia terminado de decirlo, cuando Fernando se arrepintio de haber dicho eso. Que acababa de hacer? Su comentario no era solamente injusto, era espantoso. Mil veces el Mono les habia demostrado que el dinero estaba lejos de obsesionarlo. Le gustaba tenerlo, le divertia gastarlo, como a cualquiera.Pero jamas habia sido un avaro ni un materialista. Porque le habia contestado de ese modo?
-Te interrumpi. Segui diciendo - claudico por fin y, en Fernando, era lo mas parecido a una disculpa que los otros podian escuchar.
-Eso. Que hace casi veinte años que vengo a los tumbos - y lo miro fijo - Y me importa un carajo si entre tumbo y tumbo me llene de guita. No quiero vivir asi el resto de mi vida. Quiero hacer otra cosa. Quiero volver a ser algo. Me entendes?
No habia sito para prolongar la polemica.
-Si, te entiendo.
-Termina de contar - pidio el Ruso, mienras se inclinaba hacia adelante en el sillon, como si supera que lo mas jugoso del encuentro estaba todavia por venir.
Fernando tomo conciencia de que ese encuentro no pretendia otra cosa que convencerlo a el de lo que fuera que el Mono se traia entre manos. El Ruso, como siempre, era un soldado leal a la causa del Mono. No importaba cual fuera la causa.
-Dale Monito, termina de contarme - concedio Fernando, resignado.
-Para empezar de nuevo con otra vocacion ya estoy grandecito. No me voy a poner a inventar.
-Claro
-Y no es que tenga que ponerme a buscar una vocacion. Vocacion ya tengo. Tuve siempre.
-Aja. Debo suponer que te vas a ir a probar de marcador de punta en Excusionistas... Digo, para retomar la cosa donde la dejaste.
-No, boludo. Aunque te digo que con el futbol de mierda que se juega ahora... Si hay cada burro jugando en primera... Pero no. Ya se que con treinta y siete años lo de jugador profesional no va a andar.
-Y entonces?
-Para. Ahi va. A lo que voy es a que eso es lo mio. Ese mundo. Ese ambiente.
-Vas a ponerte a estudiar para director tecnico?
-No. O capaz que si, pero no ahora. Eso seria algo de largo plazo. Y yo quiero hacer el cambio ahora.
-El cambio de que? En que te queres enganchar?
El Mono y el Ruso cruzaron una mirada tal que Fernando entendio que ahora venia la revelacion dramatica. Se preparo para lo peor.
-Vos te acordas del Polaco Salvatierra?
-Uy, Dios - fue todo lo que pudo articular Fernando cuando escucho ese nombre. Porque habia entendido
Eduardo Saccheri. Papeles en el viento. Pags 80 a 83 Ed Alfaguara.
Cuantas veces nos perdemos en el camino, convencidos de nuestros pasos o quizás no, quizás caminando por inercia omitiendo cuanto más hay esperándonos, también escapándonos, de las vueltas del destino, de nuestros deseos que valen más de lo que les dedicamos.
ResponderEliminarHola Poro! Buscaba este gran segmento de Sacheri y te encontre, me voy a quedar leyendo un rato, permiso pase sin golpear :)