En Villa Sarmiento, en Lanus, Corazon del conurbano bonaerense, las cloacas siempre fueron una aspiracion para los que tenian que vaciar el pozo ciego una vez por mes, para los que veian que de un dia para el otro se les hundia el patio y capaz se iba la tia Mirta al medio de la mierda, y a sacar a la tia, o a la Nona, y a rellenar el patio y hacer bien el pozo de nuevo. Y llamar a la empresa de atmosfericos "la forzoza" a sacar la mierda con esas mangueras turbias y con olor a corona de cementerio podridas cruzando el living, la cocina y el patio.
En aquella epoca la obra la hacia una empresa particular si se juntaba una cantidad de firmas de frentistas que estaban de acuerdo con la obra. Juntada la cantidad de frentistas que representaben al sesenta y seis o al setenta por ciento del total de frentistas del barrio, la Municipalidad autorizaba la obra y la empresa la hacia. Los frentistas abonaban a la empresa la obra en cuotas o al contado.
En relacion a los que no abonaban la obra, la Municipalidad emitia unos certificados de deuda, con los cuales la empresa les podia hacer un juicio de apremio a los frentistas que no habian abonado. Muchos de estos no habian firmado la conformidad con la obra, pero como eso se decidia por mayoria de firmas, y como la obra era una contribucion a mejorar su calidad de vida y el valor de su inmueble, tenia que pagar igual, era ley.
Fueron famosos los juicios que hacian las empresas, por cientos, siempre amenazando a los vecinos.
Y los vecinos a las puteadas, que no habian pedido las cloacas, que no las habian conectado.
Mi viejo estaba en la Sociedad de Fomento, era el abogado.
El tema era que no alcanzaban las firmas de los frentistas. Varias reuniones con gente de la Sociedad de Fomento del Barrio, todas personas del barrio de toda la vida, tipos que tenian su laburo y que despues de hora dedicaban tiempo a tratar de mejorar la calidad de vida de sus familias y la de sus vecinos.
Pero el barrio convivia entre pobreza y empuje.
Muchas reuniones tratando de convencer a los vecinos, pero no alcanzaban las firmas.
Finalmente la obra se hizo.
Se llego a un acuerdo no escrito, un pacto inviolable y confidencial, que se pudo llevar a cabo por la palabra de la gente que conducia la sociedad de Fomento y confiando en Dios y la Virgen y la putaquelapario a la napa de agua. el ultimo recurso era pudrirla toda con la empresa, recurso siempres vigente en estos barrios de Mas Alla la Inundiacion, donde si un tipo te mira torcido agachate que viene la piña, donde haces un pozo para plantar un jazmin y tenes la napa de agua que te saluda y te dice jodete por vivir en un barrio que antes era un bañado.
Las firmas aparecieron, no pregunte nadie de donde. Menos averigua Dios y perdona.
Simplemente aparecieron las cantidades necesarias de firmas que hacian falta. Muchas de esas firmas, las que no estaban en un principio, no eran siquiera parecidas a la de los frentistas a los cuales deberian corresponder. Hay veces que las cosas hay que hacerlas como sea, porque hacen falta, como retar a un hijo, como esperar una guita mucho tiempo y cuando la tenes finalmente, vez que es otro el que la necesita mas que vos y ahi la dejas. Ya aparecera de nuevo. Como cuando tenes que mandar a la mierda a alquien porque no hay otra manera de dormir tranquilo. Asi fue que se hicieron las firmas de los que no firmaban.
Las obras se fueron haciendo y Villa Sarmiento tuvo cloacas, uno de los pocos barrios de Lanus Este con esa condicion minima de salubridad.
La empresa hizo a cambio algunas concesiones como prometer (sin firmarlo) no iniciar juicio contra las entidades bien publico (clubes de barrio, sociedad de fomento, bomberos, etc) Y otra promesa, mas confidencial y secreta aun, la cual tuve la oportunidad de comprobar en carne propia y que se veia cuando se hacia el juicio.
La deuda de cloacas quedaba como anexa a la deuda municipal del inmueble, era una deuda de la casa.
Cuando uno vendia la casa la municipalidad le decia debe tanto de municipal y ademas le decia tiene deuda de cloacas y le daba el telefono de la empresa. El vecino iba a la empresa y le pasaban un numero estrambotico, digamos veinticinco mil pesos
Lo que yo vivi fue que en muchisimos casos si el vecino se conectaba con la sociedad de fomento lo mandaban al estudio en el que yo trabajaba, y se llamaba desde ahi a la empresa, y le bajaban la deuda a cuatro o cinco mil pesos, siempre que se tratara de laburantes, de gente de laburo.
Era la ultima parte del acuerdo no escrito, confidencial y secreto entre la Sociedad de Fomento y la empresa, y que permitio poder hacer la obra, aun sin la cantidad necesaria de firmas que se requerian por ley.
Yo te hago las firmas que faltan, pero si te digo este tipo no tiene guita le cobras algo que pueda pagar.
Quien decia es un laburante ? Como se media la capacidad de pago ? No lo se, seguramente una medida emocional que solo hay en los barrios en los que uno camina y conoce los pelos y las señales de mas de la mitad. Medidas que solo se tienen en un lugar raro y de gente hermosa como el barrio en el que me crie de chiquito y en el que aun sigo laburando.
Aclaro que cualquier delito que se pueda haber cometido, se encuentra sobrada y largamente prescripto, es decir no se puede perseguir a nadie por haber hecho algunas firmas. Era en definitiva unas mentiras piadosas.
Villa Sarmiento fue uno de los primeros barrios en tener cloacas, mientras el resto, siguio cagando en un pozo y rescatanto a la tia Mirta o a la Nona del agujero que se hizo en el patio de golpe y que se la llevo a las profundidades del pozo negro de la casa mientras le ponia alpiste al canario.