BIENVENIDOS

BIENVENIDOS.

DISFRUTEN DE ESTA HUMILDE PAGINA LOS QUE PUEDAN HACERLO, LOS QUE NO, GRACIAS POR HABERSE TOMADO LA MOLESTIA DE HABER ENTRADO
TODOS, LOS QUE PUEDAN Y LOS QUE NO, SEAN FELICES, SEAN LOCOS, DESINHIBIDOS, NO SE REPRIMAN, SEAN AMABLES CON LAS DAMAS
VAYAN SIEMPRE DE CARA AL VIENTO
VIVAN CON EL CORAZON EN LA MANO.
DECIA DON JOSE DE SAN MARTIN: "SEAMOS LIBRES, QUE LO DEMAS NO IMPORTA NADA."

viernes, 20 de febrero de 2015

LA TÍA CARMEN - RELATO

La sra Carmen Gonzalez Ribot era la hermana de mi abuelo Pepe. Mi abuelo se llamaba Jose, Jose González Ribot, y tenía cinco  hermanos, todos hijos de un gallego y una gallega que habían nacido  en Pontevedra allá en la península ibérica. La familia se afincó en lo que hoy es Lanus, y los hermanos eran José, Carmen, Guillermo, Dora, Elena y Oscar
Todos tuvieron hijos salvo Carmen. Por eso siempre fue para todos mas aun"tía", por no haber sido mama.
Carmen, o "la tía Carmen" se caso con Óscar Zaba Frin. Un señor del que solo escuche hablar porque ya había muerto cuando yo nací, y que consentía a Carmen en todo lo que ella quería. La tía Carmen y "Zaba" como se lo conocía a este señor, tenían una tienda en la calle Sarmiento al 1059 o 1063 de Lanús Este, una tienda muy conocida por la gente de aquella época. Tambien tenían una amplia quinta en Monte Grande, y antes que fallezca el " tío Zaba" compraron un Depto en Pinamar, un lugar que empezaba a crecer. Vivían en el inmueble de la tienda, donde hicieron una casa o en realidad dos, muy bonitas, una casa con fondo abajo y un departamento arriba, la casa que yo conocí de la tía  Carmen.
Mi familia paterna siempre fueron almaceneros, mi viejo conoció a mi vieja repartiendo barras de hielo en Monte Chingolo, mi abuela Francisca contaba que mi viejo largaba la barra muy fuerte y se rompía cuando chocaba contra la pared y ella le gritaba. Mi viejo repartía hielo y llevaba algunos papeles de una sociedad "Gonzalez Hnos y Zacagnino Soc. de Hecho" mientras estudiaba abogacía y fue junto con Oscar Zacagnino u "Oscarcito" (en realidad el Dr. Zacagnino- médico ) uno de los dos primeros profesionales que aquellos dos gallegos llamados Jose y Asunta plantaron en este suelo, a la tercera generación. La tía Carmen no estaba en dicha sociedad de los hermanos, ella estaba en otra, siempre, según he escuchado. Pero mi viejo siempre se canso de contar que la vida espartana que llevaban sus padres y los ríos y los primos todos, propia de la primera o segunda generación de inmigrantes con tesón y un poco de suerte, cambiaba cuando llegaba la tía Carmen. La tía les daba todo lo que los sobrinos querían, regalaba dulces y juguetes para todos lados. Los sobrinos,  ya grandes, tenían adoración por esa mujer ya viejita que siempre se reía y que iba gastando lo que tenía de propiedades en vivir su vida a su modo.
Mi viejo y Oscarcito la cuidaban, mi viejo le administraba los bienes, y Oscarcito hacia lo que fuera para que siga en pie. 
Me acuerdo y siempre lo pongo de ejemplo, la tía hacia mas de veinte años que había vendido la quinta de mte grande y plata no tenía mas y llamaba a mi viejo y le decía Carlitos paso a buscar plata y mi viejo no decía ni mu. Una vez le pregunte y me dijo hace como diez o quince años gasto toda la plata pero con Oscarcito la verdad le ponemos a que haga falta. No sabes Poro  ( a mi me lo decía) lo que esperábamos los regalos de la tía, las bolsas de caramelos que nos traía, y le daba a todo el mundo, yo era chico cuando reivi eso de ella y no me lo puedo olvidar cada vez que ella venia con el tío Zaba era una fiesta ( Carmen y Zaba vivían a la vuelta, todos los González y los Zacagnino 
se afincaron en seis cuadras ) y así la tía venia al estudio y se llevaba "su dinero". 
Tenía una perra, una perra cualunque, blanquita con marchitas negras, que yo le conocí cuando era chico y que llevaba a todos lados, "la Manchi",y siempre le conocí a "la Manchi", porque cuando la Manchi se murió de viejita la tía estaba volteadisima y no se de donde le consiguieron una perrita idéntica y le puso el mismo nombre y siguió teniendo a la Manchi, treinta años.
La tía cuando se puso grande tuvo una señora que vivía con ella y luego vivió contesta señora y toda su familia ( ella con la señora en el Depto y la familia de la señora en la casa grande de abajo. 
La tía siempre siguió sonriendo hasta que un día se murió. Su imagen es la de una señora viejita y chiquita muy linda que hablaba de Oscarcito, Josecito, Miguelito, Juanjito, Carlitos, Guillermito y Gerardito, todos sus sobrinos varones. Tenía un montón de sobrinas mujeres pero de ellas no hablaba.
Siendo viejita hizo un testamento a mano y un escribano le certifico la firma. Un testamento olografo, como debiera ser siempre, escrito por el testador de puño y letra. Al fallecer la tía dejo todo lo que tenía a sobrinos varones y a sus hijos. A uno le dejo dinero incluso ( que no tenía, obvio, pero que ella creía que un tenía ). 
A la familia que vivía con ella les dejo la casa grande, situación que se presto a bastante habladurías, a un sobrino dinero ( que pagaron mi viejo y Oscarcito ) a mi viejo y a Oscarcito el Depto y el local, al hijo de una sobrina que tiene una discapacidad le dejo la ma cochera. Y a mi y a mis hermanos ( "a los hijos de mi sobrino Carlos Alberto González)  el departamento de Pinamar "...porque no lo van a vender..." (eso dice su testamento) 
En Pinamar pase varias vacaciones de pibe. Luego a los 18 años, con mis amigos, y luego volví de grande y si bien es un Depto viejo y de un ambiente que puede "no pegar" en un lugar tan "cheto" y que es literalmente "asexuado" porque tiene solo dos camas marineras, es uno de mis lugares en el mundo, donde siguen estando mis viejos ( que venían varias veces por año - guante que recojo yo ) la tía Carmen, la Manchi, y el mismo balcón donde se toman los mejores mates y se comen las mejores tostadas.
Un departamento que no se presta ni se alquila, y mucho menos, muchísimo menos, se vende.

lunes, 2 de febrero de 2015

MI GENTE

Quiero vivir la vida con la gente con un espíritu de eterno adolescente
Con gente que ría sin prejuicios, sinceramente.
Con gente que abrace y que respete mis silencios
Gente que se quiera dejar querer
Con gente que con las sonrisas se salve de la vida
Gente de brazos abiertos
Con lagrimas, por que no ?
Con miradas de apoyo
Gente con manos para los hombros de otros
Gente que profese la sabiduría de las simples cosas
Que atesore los buenos y simples momentos
Que se pueda elevar a la felicidad desde el fondo el tacho
Que ría y baile como loca
Que suba la velocidad, y que vaya de cara al viento
Porque es solo esa locura la que derrota a la muerte cotidiana
Gente que viva como adolescentes hasta que le toque morir de viejos
Con esa gente yo quiero vivir,
hasta que me toque morir