Sali del estudio al mediodia, una hora antes de lo normal. Hoy le pego de corrido. Normalmente el horario es cortado, pero cada vez mas son los dias que son sin cortes. Cargo en el kiosco una tarjeta de esas que mi hijo trajo encontradas por ahi y me tomo el democratico colectivo hasta la estacion Lanus, sintiendo un caldo humano que empieza a cocinar el sol, con algo mas de 30 grados y luego de una lluvia torrencial. Lo que nos faltaba para ser un pais bananero era el clima, y cada vez mas se le parece, pienso.
En la estacion queda la Escribania de Nancy, una persona de esas que no hay muchas, y que tuvimos la suerte en mi estudio de haberla cruzado en el camino. Charlamos un poco, tiene calor Nancy, me cuenta que no andan los aires acondicionados, y para trabajar se les complica un poco. Hablamos unos temas de algun trabajo pendiente, y salgo a la calle, donde el caldo aquel sigue calentandose con un sol pleno, como me gusta decir a mi, un sol de justicia, recto, como un rayo. Son las trece horas, y en la esquina esta el Mac Donalds, donde antes estuvo durante años la Casa de Deportes de Pecas. Los negros venidos con sus anteojos vaya a saber de donde y los demas vendedores ambulantes copan las veredas parece no importarles o soportar bien el calor.
En la estacion queda la Escribania de Nancy, una persona de esas que no hay muchas, y que tuvimos la suerte en mi estudio de haberla cruzado en el camino. Charlamos un poco, tiene calor Nancy, me cuenta que no andan los aires acondicionados, y para trabajar se les complica un poco. Hablamos unos temas de algun trabajo pendiente, y salgo a la calle, donde el caldo aquel sigue calentandose con un sol pleno, como me gusta decir a mi, un sol de justicia, recto, como un rayo. Son las trece horas, y en la esquina esta el Mac Donalds, donde antes estuvo durante años la Casa de Deportes de Pecas. Los negros venidos con sus anteojos vaya a saber de donde y los demas vendedores ambulantes copan las veredas parece no importarles o soportar bien el calor.
Yo me meto en el Mac Donalds y es cruzar la puerta y otro ambiente que se abre, aca no hace calor, aca esta fresco y preparado para que den ganas de comer. Voy a la fila y pido lo que siempre pido, un Big Mac. Espero, y cuando me lo entregan le pido a la chica un sobrecito de sal, me lo da, le pido uno de ketchup y le digo que rompepelotas que soy te podia haber pedido todo junto, no? Sonrie. Agarro mis cosas y me busco una mesa chiquita, la encuentro y me siento. El local de la marca que es una de las naves insignias del imperio esta como debe estar, limpio, prolijo, claro pero no tanto, comodo, con colores agradables a la vista, no tengo dudas que estos colores estan debidametne estudiados por psicologos, hasta en los contrastes de los mismos. Volteo las papas fritas del sobre a la bandeja y les tiro sal, y con la mano, como se debiera siempre comer, me agarro algunas y me las llevo a la boca, una de las cosas que mas me gusta de este tipo de locales es que se come con las manos, algo que considero basico y elemental, el tenedor y el cuchillo son una convencion social, antinaturales.
Me pongo a mirar a la gente. Enfrente me llama la atencion una mesa con una madre con su hija. Las dos rubias, la nena no llega a los tres años, o tiene tres a lo sumo, tiene bucles y unos ojos celestes muy grandes, muy bonita. La madre tiene el pelo lacio, y usa unos shorts de jean cortos, y se le ven las piernas, y en ellas dos tatuajes. Los dos me llaman la atencion. El primero es un arbol de la vida, en la parte baja de su pantorrilla izquierda, el otro es una leyenda que desde hace algo mas de dos años y medio llevo en mi antebrazo izquierdo, y que dice "Todo Pasa", y ella lo lleva en su muslo derecho. La madre tendra treinta y cinco años, la nena tres, ya lo dije.
Me pongo a mirar a la gente. Enfrente me llama la atencion una mesa con una madre con su hija. Las dos rubias, la nena no llega a los tres años, o tiene tres a lo sumo, tiene bucles y unos ojos celestes muy grandes, muy bonita. La madre tiene el pelo lacio, y usa unos shorts de jean cortos, y se le ven las piernas, y en ellas dos tatuajes. Los dos me llaman la atencion. El primero es un arbol de la vida, en la parte baja de su pantorrilla izquierda, el otro es una leyenda que desde hace algo mas de dos años y medio llevo en mi antebrazo izquierdo, y que dice "Todo Pasa", y ella lo lleva en su muslo derecho. La madre tendra treinta y cinco años, la nena tres, ya lo dije.
Me parecer raro ver mi propio tatuaje en otra piel. Todo Pasa. Eso dijimos con mi amigo Valerio de tatuarnos en el biceps a la vuelta de una vacaciones inolvidables en la costa. Y eso llevamos los dos tatuados desde entonces. Es mas comun de lo que parece mi tatuaje. Pero las razones son unicas, calculo. El tatuaje siempre tiene algo personal, aunque se repita.
Que le habra pasado a esta chica ? Me pongo a pensar mientras veo que juguetea junto a su hija con el muñeco de la Cajita Feliz que toco en suerte a la rulientita de ojos celestes a la vez que trata de hacerle comer sin mucho exito las patitas de pollo.
Algo siempre pasa que nos lleva a marcarnos. A decir aqui estuve, aqui no quiero volver, esto me paso. O simplemente cuando pasan algunas cosas, es una muletilla, o literalmente una muleta, para empezar a caminar de nuevo. Que la vida es un viaje, que como decia Steve Jobs "el viaje es la recompensa" y entonces la vida es la recompensa, y el viaje es no parar, y el viaje es que todo pase, que todo sea efimero en el tiempo. Una forma de no aferrarse, de dejar que las cosas pasen. Si tienen arreglo las cosas, no hay que preocuparse, y si no lo tienen, por que preocuparse ? escribio una amiga hace un rato en su muro de internet.
La rubia tiene algo en la mirada, algo que cada vez mas veo en la gente. Una marca, una sombra, no ojos tristes, pero ojos vividos, que vieron cosas, que vertieron lagrimas. Los ojos de quien, como todos los nacidos, en algun momento la vida se encargan de que se sientan "tropa castigada", algo que hay que sentir para aprehender los momentos de dicha y poder vivirlos en forma conciente.
Los ojos dicen muchas cosas, y por ellos dicen tambien que se ve el alma. Son distintos por eso los ojos de los chicos que los de los grandes, porque los grandes tienen esa viga cruzada, esa sombra, esas sobras ocultas debajo de la alfombra. Se ve la vida por los ojos.
Los ojos dicen muchas cosas, y por ellos dicen tambien que se ve el alma. Son distintos por eso los ojos de los chicos que los de los grandes, porque los grandes tienen esa viga cruzada, esa sombra, esas sobras ocultas debajo de la alfombra. Se ve la vida por los ojos.
La nena da vueltas por el local, la madre se resigna y junta lo que queda de la comida en la cajita feliz, y las dos salen a la calle, las miro como se van. Vuelvo a mi bandeja, empiezo a comerme el Big Mac, que esta como debe estar, chatarrero, tibio, rico, como marcan las pautas del imperio, parte del mundo uniforme, donde solo las miradas y el amor nos pueden salvar.
Afuera sigue levantando la temperatura, ya es un horno. Otra vez al colectivo. Y a media cuadra otra vez, y de vuelta, el estudio, vacio. Me preparo unos mates y me pongo a redactar una demanda que deje para esta mes de Enero, donde los tribunales estan cerrados y pareciera, al menos, que el mundo esta mas en paz y los animos mas calmados. En definitiva, es la tregua del verano.