Hace falta arreglar la gotera del techo del dormitorio. Me lo había dicho mi señora la semana pasada y me lo volvió a decir el jueves y también el viernes, al final el sábado que me quedaba todo el dia en casa apenas me levante me fui hasta el corralón de materiales a buscar dos rollos de membrana para repararlo aprovechando que iba a haber sol fuerte durante todo el dia. No tenían, venga al mediodía que me los traen a esa hora, me dijo el encargado. Volvi para mi casa y me sente a leer el diario para matar el tiempo. Serian mas o menos las once de la mañana de una mañana de mucho calor con casi nadie en la calle y estando leyendo no me acuerdo que cosa a la sombra de un árbol que siento que golpean las manos desde afuera, me levante y fui a ver quien era. Eran los comebichos. Los comebichos son tres hermanos que habian aparecido en el pueblo haria unos tres meses junto con la madre, una gorda que pesa como ciento treinta kilos. Los comebichos son todos rubios, todos polaquitos, todos largos y todos flacos, huesudos, uno de dieciséis, uno de catorce y uno de doce años, y viven con la madre en una casa que esta justo en una esquina en la otra cuadra de mi casa. La casa estaba abandonada hasta que un buen dia un camión destartalado que tiraba humo como una chimenea apareció un domingo por la noche y bajaron dos hombres que dejaron en la puerta de la casa varios muebles viejos, a la gorda y a los comebichos. En el barrio nadie dice nada del padre, parece que el hombre no existe, o por lo menos en el pueblo nadie lo conoce, se comenta que esta preso, o algo asi.
A los polaquitos les dicen los comebichos porque andan todo el dia, todos los días por la calle cazando todo tipo de pajaros con gomeras y jaulitas, lagartijas con las manos, ranas y dientudos de la zanja o del arroyo con cañitas caseras. Incluso hara cosa de quince días andaban con un peludo y una tortuga tratando de venderlos, la tortuga la compro una señora de un almacen, pero el peludo parece que terminaron comiéndoselo o por lo menos eso se comenta, en fin todo bicho que camina va a parar al asador, y sobre todo si cae en la mano de los comebichos.
La cuestión es que estaban estos tres pibes – siempre andan los tres juntos – en la puerta de mi casa y el comebicho del medio, el de trece años me pidió agua. Veni le dije agarra de aca de la manguera, toma esta botella de plástico y ponele agua y quédatela. Gracias don. De nada. Me volvi a sentar en la silla abajo del árbol. Los comebichos se quedaron en la vereda, a la sombra de un arbolito, tomando agua. Al rato ya me olvide de los comebichos y me tire a la pileta, Sali y cuando me estaba secando sentí un ruido en la casa de al lado. Un ruido como de una persiana plástica que se levantaba. El vecino había salido para el trabajo hacia mas de dos horas, ellos no podían ser los que hacian aquel ruido, se habrán olvidado alguna ventana abierta pensé, pero no hay viento, que raro, en fin igual no le di mayor importancia y volvi a sentarme bajo la sombra en el único lugar mas o menos fresco, cerca de la pileta. Senti otro ruido, esta vez como si dentro de la casa del vecino hubieran corrido un mueble. Estos tienen que ser los comebichos, la puta que los pario. Sali hacia la calle y fui en silencio hasta el frente de la casa del vecino. Vi al acercarme algo que ya no me gusto nada, la persiana plástica del frente de la casa estaba completamente levantada, y el ventanal completamente abierto, es decir que desde el jardincito de la entrada se podía ingresar al living de la casa del vecino apenas levantando un poco las piernas. Y en el living estaban los comebichos, el mas grande con un reloj de pared bajo el brazo y revisando un armario. El del medio vaciando las repisas de un mueble de pared en una bolsa de plástico y el mas chico con una pila de compact disc en los brazos. Me acerque pero los comebichos no me vieron de tan atareados que estaban en pleno choreo. Que carajo están haciendo pegue el grito y se paralizaron convirtiéndose los tres literalmente en una foto. Nada, atino a decir el mas chico con la pila de compacts en las manos. Asi que nada, asi que no están haciendo nada, pero ustedes se creen que soy pelotudo, que me creo que no están haciendo nada, se callaron la boca y aproveche el silencio para seguir hablando, les voy a decir una cosa, el dueño de esta casa es amigo mio y si no dejan todo en el piso ahora mismo voy a hacer algo que no quiero hacer, voy a ir hasta mi casa, voy a agarrar la pistola y vo a venir a buscarlos y los voy a recagar a tiros entendieron. El mas chico seguía con los compacts en la mano. Larga esos compacts la puta que te pario le grite, Si si dijo mientras apoyaba los compacts en el piso. Salgan. Por aca o por el fondo pregunto el comebicho grande haciendo señales con las manos. Por aca por la ventana, salgan por aca y si llega a faltar algo, si yo me entero que llega a faltar algo, los voy a denunciar a la policía, a los tres. Esta todo bien jefe, no nos llevamos nada me dijeron mientras me mostraban las palmas de las manos y los fondillos de los bolsillos de los pantalones. Bueno rajen los tres de aca, si falta algo yo llamo a la policía.
Salieron los tres por la ventana, pasaron al lado mio y se fueron caminando para el lado de la casa, por el medio de la calle. Sali hacia mi casa, busque en la agenda el teléfono del trabajo del vecino y lo llame, me dijo llama a mi viejo que el venga a ver todo que yo ahora no puedo ir que el se va a quedar hasta que yo vuelva, me dio el teléfono del padre, lo llame, me dijo ahora voy en media hora estoy allí con mi mujer.
Me quede acomodando el living del vecino convencido que los comebichos no se habían llevado nada, empece a acomodar las cosas, faltaba el equipo de audio, lo busque pero no lo encontré, como los comebichos se había ido con las manos vacias había tres posibilidades, la primera era que ya se lo hubieran llevado antes que llegara yo, la segunda era que lo tuvieran separado en algún lugar de la casa, y la tercera era que el equipo no estuviera en la casa, que se lo hubieran llevado antes era improbable porque apenas escuche el ruido yo había ido y los había encontrado en pleno choreo y no habían tenido tiempo de llevárselo, solo lo habían podido esconder a lo sumo, pero en la casa no estaba porque la revise de arriba abajo y no estaba. O el equipo estaba escondido en algún lugar vaya uno a saber en donde o en realidad los comebichos tenían razón y no se habían robado nada. Cuando vino el padre de mi vecino lo impuse de todos los detalles de lo que había pasado y llamamos al hijo al trabajo, nos dijo que el equipo efectivamente estaba en la casa cuando se había ido a trabajar.
Sali de la casa y me fui bajo un sol de justicia hasta la casa de los comebichos , que estaban comiendo pan en el umbral de la casa, los tres sentaditos uno al lado del otro y que cuando me vieron acercarme se fueron corriendo para adentro y cerraron la puerta. Llegue y golpee las manos, nada, golpee las manos de nuevo, nada. Cerre el puño golpee con fuerza la puerta de madera. Ya va, ya va, venia una voz de mujer desde el interior, al minuto se abrió la puerta y apareció la gorda con un pañuelo y ruleros en la cabeza, granos en la cara, un vestido manchado un delantal de un color indefinido y grasoso, medias de lana y chancletas. Cara de pocos amigos la gorda y los tres comebichos asomados por los lugares libres que la cintura inexistente de la gorda dejaba entre el vestido y las paredes laterales del pasillo. Los comebichos usaban de escudo a la madre.
Sus hijos se robaron un equipo de audio de la casa de la calle Alberti. Y usted quien es, es el dueño acaso usted, me respondió la gorda con una pregunta. Yo soy el cuidador de la casa, le menti, y los enganche a estos tres hace un rato afanando de lo lindo, y vengo a buscar el equipo de audio, ahora. Mis chicos no robaron nada me dijo la gorda, no cierto les pregunto a los comebichos mirando la gorda para los costados a lo que los tres contestaron negando con la cabeza. Si ellos dicen que no robaron nada, hizo un silencio la gorda… es porque no robaron nada, asi que mejor no moleste que sino voy a llamar a la policía. La gorda tenia la cara de piedra.
No,usted escúcheme a mi, le dije ya bastante enojado a la gorda, yo los agarre a estos tres en pleno choreo, los saque de donde estaban, pero falta un equipo de audio, si en media hora no me traen el equipo de audio voy a la policía a hacer la denuncia por robo. Haga lo que quiera pero yo le digo que no se robaron nada dijo la gorda. No se robaron nada repeti entonces digame que mierda hacían entonces adentro de la casa de mi vecino. La gorda sintió el impacto y se mantuvo un segundo pensando que decir. Usted es un botón, dijo al fin y cerro con un portazo. Si en media hora no aparece el equipo de audio, dije en voz bien alta para que me escuche la gorda y todos los vecinos, voy a la policía a hacer la denuncia.
Comence a volver para mi casa y dos o tres viejas me interceptaron para ver que había pasado y les conte, andan siempre en cosas raras esos chicos decían las viejas. Paso media hora, paso una hora y por mas que revisamos la casa con el padre de mi vecino y hasta miramos por encima de la parede medianera hacia la casa abandonada de al lado no vimos ni rastro del equipo de audio, yo estaba ya embalado y caliente asi que sin darle bola al hecho de que ya eran la una y media de la tarde me volvi a mi casa y me cambie para ir a la comisaria a hacer la denuncia, después sali y me hice las diez cuadras que separaban mi casa de la comisaria con diez mil grados de temperatura ambiente.
Cuando llegue a la comisaria había un revuelo del demonio, pregunte y era porque tenían adentro a mas de cuarenta presos en unos calabozos en los que no llegaban a entrar ni quince. Habia parientes con pancartas que decían Libertad al Puqui, Aguante Pillin, Yuta Asesina, Condiciones Dignas, y otras que no me acuerdo. Me hice un lugar entre la gente y llegue a la guardia. Vengo a hacer una denuncia le dije al oficial que me atendió. Un acta de choque me pregunto. Una denuncia de robo le conteste. Sientese alli que lo van a atender. Me sente en un banco largo de madera. Los policías estaban medio revolucionados, había ruidos extraños que provenían desde la parte del fondo de la comisaria donde estaban los presos, se escuchaban gritos, vivaban los de adentro y los de afuera a uno que le decían Pillin, gritaban Viva el Pillin, Suelten a Pillin. Mas de media hora pase sentado en el banco con la espalda apoyada contra la pared. Un policía que venia con un palo largo desde la zona de los calabozos hablo con el oficial de guardia, el de guardia me señalo y le dijo algo, el del palo se me acerco y me dijo usted es el de la denuncia de robo. Si. Venga conmigo y sin esperar mi respuesta salió caminando hacia el pasillo de los calabozos pero se metió en una puerta que quedaba a unos dos metros de una puerta de rejas detrás de la cual se veian las puertas de los calabozos, y a varias personas paradas adentro, los presos. Entramos a una oficina con una maquina de escribir medio primitiva, una Lexikon 80 gris oscura, Jimenez se sento, apoyo el palo contra la pared, saco un paquete de cigarrillos. Quiere. No gracias. Se prendió uno, le dio una aspirada larga al cigarrillo, y puso una hoja en blanco en la maquina. Bueno veamos me dijo que le robaron. Es un robo en una casa le dije. Usted es el propietario. No, yo soy el vecino, soy el que los descubrió. A quienes. A los ladrones. En donde. En la casa de al lado, la casa que estaban robando. Necesito el titulo de propiedad, el DNI y un recibo de algún servicio. Pero usted me parece que no me entiende, vengo a hacer una denuncia por robo, vengo porque vi a los ladrones. Bueno, y yo le digo que necesito el titulo de propiedad, el DNI del propietario y un recibo de algún servicio, y termino la frase con una sonrisa falsa como diciendo te cague no te voy a tomar la denuncia. Usted la tiene que tomar igual la denuncia discúlpeme insisti demostrándole que no me iba a dar por vencido asi nomas. Jimenez evidentemente me entendió y la cara se le avinagro de golpe, hecho un bufido, me miro fijo, le hecho otra calada al cigarrillo y lo dejo en el borde del escritorio, no había cenicero. Bueno, como usted quiera pareció resignarse a tomar la denuncia, hoy tenemos un dia bastante complicado,como vera. Si ya me di cuenta. En eso se escucharon unos gritos desde los calabozos y al minuto empezó a llegar un humo, alguien había prendido un fuego, Jimenez se levanto de la silla agarrando de nuevo el palo y me dijo espéreme aquí cinco minutos que vengo enseguida y le tomo la denuncia. Al minuto empezaron a escucharse puteadas y gritos de los presos, también golpes y llegaba también desde aquella zona el humo blanco de algún matafuegos que se había activado. A los cinco minutos y como había prometido, Jimenez, sudado y eufórico, la punta del palo manchadas con unas gotitas de sangre se sento nuevamente frente a la maquina. Ahora si ahora que vengan a prender fuego estos putos, a mi, a mi van a venir a correrme estos guachos, este Pillin del orto. Son jodidos, dije por decir algo. Si, jodidos, pero nada que no pueda calmarse con unos buenos palazos, en fin le digo, de paso descargo un poco las tensiones. Es que están los familiares afuera rompiendo las pelotas y no se puede laburar tranquilo, el jodido es el negro ese, el Pillin ese, un reverendo hijo de puta el negro ese, jodido como pocos, lo trajeron hace como tres días de tribunales, esta adentro por robar autos, no sabe el kilombo que me armo en los calabozos, me los levanto a todos los pardos, pero a mi no me va a venir a dar vuelta la comisaria ese negro, antes lo mato le juro, paro de hablar y agarro con la punta de los dedos el cigarrillo que había dejado prendido en el borde del escritorio que a esta altura estaba consumido hasta bastante mas de la mitad, le dio otra calada profunda y respiro hondo, guardo silencio por unos instantes mientras disfrutaba como el humo del cigarrillo le invadía los pulmones y después siguió con la rutina de la denuncia. Un robo, a ver digame nombre y apellido y dirección. Rene Graiño, de Alberdi 670. Me miro y dijo eso es aca a diez cuadras. Si. Y digame cuantos eran los cacos. Los que le pregunte. Los cacos son los chorros me dijo en un tono didáctico como explicándome pedazo de huevon en la jerga policiaca es asi. Tres, eran tres menores, le dije. Tres menores y usted los conoce a esos tres menores. Si, viven a unas tres cuadras, en una esquina. No me diga nada, no me diga nada, los polaquitos. Si no se si serán los que dice usted, son rubios. Los polaquitos que yo le digo son unos rateritos que andan siempre juntos, y que viven a tres cuadras de su casa, con la vieja, una gorda roñosa. Si, le conteste, yo los conozco como los comebichos porque andan todo el dia cazando palomas y pescando en el arroyo. Si continuo Jimenez, que viven en Alberdi y San Martin. Esos mismos asentí. Esos son los hijos de una gorda roñosa y rompepelotas que la otra vez que estos tres guachos se habían afanado una bicicleta de la panadería, vino aquí y casi la tuvimos que meter en cana a ella, y al final los largamos a todos porque eran peor aca adentro que afuera, no se los bancaba nadie. Aparte el juez de Menores les dijo que la próxima los metia en un reformatorio, por lo menos al mas grande. Si son bastante jodidos agregue, los pendejos y la gorda, que es como dice usted es un hipopótamo. Incluso le digo agrego Jimenez luego de dar otra pitada, son de Florencio Varela, que alla a esa edad los pibes, no todos, pero algunos, ya andan enfierrados, no es joda vio. Pero estos no son malos, lo que pasa es que deben tener hambre estos pibes, igual son ladri los tres, son rateritos apenas, nada grueso. Alla en Varela, por el barrio de la Pepsi, con diecisiete ya son homicidas. El que es pesado creo que es el padre, que me parece había dicho la gorda aquí la otra vez que esta preso para rato. Jimenez sabia mas que yo de la historia de los Comebichos. Y que se robaron esta vuelta, pregunto al fin mientras seguía escribiendo a los golpes en la lexikon. Un equipo de audio. Marca dijo. No se, creo que Philips, le conteste. Cree que Philips, volvió a parar de escribir y se repantigo en la silla, no puedo poner que usted cree que tal o cual cosa, tengo que poner justo, sino la denuncia esta mal hecha. Bueno ponga que es Philips. Pero usted sabe que es Philips o me lo dice porque me esta vendiendo un buzon, mire que mentir en la denuncia es también un delito, falsa denuncia volvió a ponerse pesado Jimenez. Es Philips, ponga que es Philips le dije sin saber realmente si era Philips o Mongo pero decidido a no dar el brazo a torcer ante Jimenez. Bueno, marca Philips, como usted quiera. Jimenez no me creyo lo de la marca, pero igual me quede hablando un rato contándole lo que había pasado, al final empezamos a tutearnos y me dijo mira Rene yo te tomo la denuncia pero no le pongo numero de entrada ni nada me entendes, si los negros estos te devuelven el equipo hoy digamos, vos venis y me avisas y yo la hago mierda y aquí no ha pasado nada. Pero si los pendejos estos o la gorda tirapedos de la vieja no devuelven el equipo vos me avisas mañana a la mañana y yo le pongo numero de entrada y la mando al juez de menores, que el mas grande seguro queda en un instituto y a los dos polaquitos chicos si no quedan adentro le dan en el palo, por lo menos el cagazo se lo van a pegar. Me salude con Jimenez y volvi caminando para mi casa, eran mas de las cuatro de la tarde. Llegue muerto de calor, se había nublado. Me tire a la pileta. Despues me tire a dormir una siesta. A eso de las seis me levante me puse a regar las plantas y los arboles. La calle seguía muy tranquila. Al rato y mientras estaba en vereda tirándole agua al pasto, ya se soy un obsesivo del agua, si. Mientras tiraba agua al pasto de la vereda, decía, vi venir por el medio de la calle a la gorda, a la madre de los comebichos, y al comebicho mas chico adelante a los empujones. Amague que me iba para adentro, pero la gorda me paro con un grito che botón espera, muy femenina ella. De golpe me dieron ganas de mandarla a la mierda, puse la manquera en el suelo y les sali al encuentro. Ya hizo la denuncia me pregunto. Si pero la puedo retirar hasta las ocho de la noche, sino después ya la pasan al juzgado de menores. Primero que nada le quiero decir empezo la gorda blandiendo un dedo acusador y sucio, que usted es un maleducado, un insolente y un irrespetuoso, parecía que el delincuente fuera yo, pensé, que vino a mi casa, siguió, a hacerme pasar papelones con mis vecinos, que nosotros somos gente de bien, que nosotros somos gente de trabajo. Si, le dije para no mandarla al carajo. Que yo ahora tengo mis dudas, siguió la gorda, de que le hayan hecho una cama a los chicos pobrecitos que no se si sabe el problema que tenemos con el padre de los dos mas chicos, porque el padre del mas grande no es el mismo, es otro, es el hermano del padre de los dos mas chicos, que dios lo tenga en la gloria dijo la gorda mientras se santiguaba con la mano roñosa. El padre de los dos mas chicos esta muerto, pregunte medio asombrado. No, en la gloria de dios esta el papa del mas grande, pero el hermano menor de Juan que dios lo tenga en la gloria, y otra vez la cruz, que es el papa de los dos mas chicos, esta en Sierra Chica, pero es un error, el no hizo nada, al fiambre se lo pusieron, si yo le contara, pobrecito el Beto lo que esta sufriendo desde hace cinco años a esta parte. No me cuente mas nada, déjelo ahí. Bueno vinimos a verlo porque el Cristian tiene algo que decirle. El Cristian me miraba y no decía nada. Decile pendejo de mierda le empezó a gritar la gorda al comebicho mas chico, dale sorete decile al señor lo que viniste a decirle. Cristian ahora miraba al piso y la punta de la manguera y seguía sin decir nada. O le decis al señor o te recago a trompadas y te mando al instituto pendejo del orto. Bueno señora déjelo tranquilo intercedi a favor del comebicho mas chico, de Cristian. Esta al lado, dijo en un susurro Cristian de improviso. Como dijiste pibe le pregunte. Que esta al lado, es sordo o que, repitió la gorda. Que esta al lado, adonde al lado, adonde esta el equipo, pregunte mirándolo a Cristian a los ojos. Al lado, en la casa de al lado en el bañito, dijo Cristian ahora en un tono claro y entendible. La casa de mi vecino lindaba con una casa vieja y deshabitada de madera. Veni Cristian le pedi, y mostrame donde esta. Anda con el señor pendejo y mostrale donde esta eso le dijo la gorda. Me fui con Cristian por la vereda hasta la casa de madera, entramos por entre los pastos altos y atrás de un bañito abandonado y con olor a pis de gato estaba el equipo de audio de mi vecino, marca Toshiba. Lo agarre, le di un parlante al comebicho chico para que me ayude y fuimos hasta la casa de mi vecino y se lo dimos al padre. Volvi después con Cristian hasta donde estaba la gorda mojándose los pies con la manguera en la vereda. Bueno ya esta señora, dije. Ahora va y me retira la denuncia esa de mierda que me hizo me dijo la gorda restregándose las manos en el delantal de color indefinido. Si quedese tranquila. Y le tengo que pedir un favor, cambio de pronto el tono de la gorda y endulzando la mirada. No se digame. Necesito veinte pesos, bah, lo que pueda, si me puede dar cuarenta mejor. Algo les tengo que dar de comer a estos tres, yo no como pero estos tres usted no sabe lo que comen. Gorda mentirosa debes comer como un buey pensé a estos tres los debes recagar de hambre. Espere aquí dije y me fui para la casa sin saber que hacer, en eso siento que desde la casa de mi vecino me chistan, y cuando me acerco estaba el padre de mi vecino espiando por la ventana, y cuando me acerco mas se asoma y me da cuarenta pesos. Deselos, que se vayan, pobres pibes, me dijo, agarre la plata y me meti en la casa, agarre tres empanadas que habían quedado y las envolví en un papel de diario y me fui hasta donde estaba la gorda con el comebicho. Tenga aquí tiene. Gracias dijo la gorda contando la plata y agarrando el paquetito, no sabe la falta que nos hacia, si le digo que no teníamos que comer esta noche usted no le lo creería. Que dios lo bendiga. No sabia que decir, me quede callado. Chau, me dijo el comebicho chiquito. Chau, les dije, pero aca no vuelvan mas. Quedese tranquilo señor, dijo la gorda, y vos camina, infeliz, y le pego un empujon a Cristian y se metio los dos billetes de veinte pesos entre las tetas y se fue moviendo el culo inmenso como una carpa de circo levantando polvo de la calle de tierra con las chancletas y las medias sucias.
Despues me fui hasta la comisaria donde luego de otra hora de espera al final Jimenez me atendió previa nueva paliza a los presos, incluso lo pude conocer personalmente al famoso Pillin, un morocho con cara de malo con un corte en la ceja izquierda y la nariz rota y la ropa manchada de sangre que estaba esperando al medico de la policía que lo venga a revisar. Se cayo, fue lo que me explico Jimenez, el palo seguía al lado de su escritorio, amenazante, con varias nuevas pintitas de sangre en la punta negra despintada.
En suma cuando volvi a mi casa eran las nueve de la noche, y ya se veian unos relámpagos que parecía que era de dia. Cenamos con mi señora y nos fuimos a dormir con la tele enfrente de la cama. Empezo a llover, primero alguna gota suelta, después algo mas fuerte, y después con todo.
A los diez minutos, como una pesadilla recurrente y haciendo realidad un temor que me iba creciendo desde adentro volvió la puta gotera que tenia que haber arreglado aquel sábado de sol que había gastado de aquí para alla con el tema de los comebichos. Otra vez la gotera dijo mi señora. La iba a arreglar hoy, pero esto de los comebichos me ocupo todo el dia. Pero se esta mojando toda la cama siguió diciéndome como si no me escuchase. Ya se que se esta mojando. Pero se esta mojando de mi lado y vos estas re pancho. Ya lo se, si queres cambiamos de lado. No quiero cambiar de lado, de tu lado no me puedo dormir, lo que quiero es que arregles la gotera. Quedate tranquila mi amor te prometo que mañana la arreglo, como que hay un dios mañana sale el sol y la arreglo. Bueno. Estas enojada. No estoy enojada, quiero que la arregles. Te juro que mañana la arreglo. Bueno dame un beso. Le di un beso.
Despues llovió tres días seguidos.